Capítulo 45: Todavía no está todo dicho

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-Gracias por el té, A-Cheng.

Sentado sobre la cama del cuarto de su novio, apoyado entre unas cuantas almohadas a colocadas a modo de nido improvisado, Lan Huan tomó la taza que le tendía. Jiang Cheng puso los ojos en blanco, porque siempre lo hacía y siempre lo haría ante los agradecimientos que consideraba excesivos, pero a diferencia de otras veces no dijo nada para quejarse. Después de esa especie de ataque de pánico a las dos de la madrugada, ambos se habían levantado tarde. Menos mal, pensaba el locutor, que la grabación fue ayer y no hoy. Al fin y al cabo, ninguno tenía ni la energía necesaria ni ganas de salir de casa. Ni un poquito. Fuera caía una lluvia torrencial, el cielo tenía un color plomizo y las temperaturas habían bajado unos cuantos grados aquella semana, devolviendo a las calles las chaquetas y los abrigos que la promesa del verano acercándose había querido dejar atrás. Era el día perfecto para pasarlo acurrucados en la cama o en el salón con la gata encima, viendo películas o simplemente abrazándose, y pidiendo algo de comer a domicilio cuando sus estómagos lo mandasen.

En otras circunstancias, Jiang Cheng no habría perdido un minuto a la hora de sugerir otras formas de diversión. Nunca les solían faltar ganas. Ni imaginación. Pasar un día sin hacer algo de ejercicio no está bien, le diría con ese tonillo entre seductor y burlón que acostumbraba a usar cuando tenía una mala idea en la cabeza. Luego tomaría la iniciativa, o quizá dejaría que esta vez Lan Huan se encargase, porque había días en los que se sentía perezoso. Por desgracia, el pobre escritor se había despertado con un dolor de cabeza criminal y, vete tú a saber por qué, el presentador llevaba una hora sin ser capaz de dejar de estornudar. Ayer —en ese paseo por el parque que duró horas para tranquilizar a Lan XiChen— debió haber cogido frío, seguro. Se abrigaron menos de lo que deberían, porque al tiempo le daba por cambiar de idea con más facilidad que a él en un mal día. Molesto, se echó una manta sobre los hombros, cogió su propia taza de té y se sentó al lado de su novio en la cama. Después de castigarlos con su indiferencia por despertarla durante su siesta de media mañana —sagrada, deberían saberlo bien— Zidian había decidido que le apetecía ser consentida, así que se hizo con un lugar privilegiado sobre las piernas de su segundo humano, bajo el humeante té verde que bebía a sorbitos. Lan Huan pasó sin reparos los dedos por el corto y suave pelaje negro, entendiendo al instante lo que buscaba. Cuando comenzó a ronronear, sonrió. Y luego habló, cauteloso hasta cierto punto, porque todavía se sentía inquieto.

-A-Yao me llamó antes, mientras hacías el té. -Empezó. De inmediato, los ojos azules de su novio se fijaron en ellos, con su completa atención-. Me preguntó si estaba bien.

-¿Y lo estás?

-Menos por el susto y la resaca sin haber bebido, creo que sí. -Bromeó-. Porque Lan XiChen no bebió ayer, ¿verdad?

-No le dejaría. He tenido bastante contigo borracho como para aguantar a una versión antigua tuya borracha también.

-Menos mal. -Aunque la sonrisa parecía a la par dulce y aliviada, se disolvió entre sorbo y sorbo, según la mirada de Jiang Cheng se volvía seria. Las caricias sobre el lomo de Zidian no cesaban-. Pero A-Yao estaba bastante preocupado. ¿Pasó algo ayer?

-Pasaron muchas cosas, por lo que se ve. -Bufó el locutor, antes de empezar a contar-. Pensé que sería una buena idea enseñarle al otro todo esto, así que me lo llevé a la grabación. Luego nos fuimos por ahí y nos encontramos a Meng Yao en una librería. Casi le da algo.

-Oh, mierda.

Jiang Cheng frunció el ceño, mirándole, porque la inequívoca maldición había salido de labios de su novio, que rara vez era algo más que un perfecto caballero. Y, porque por lo pálido que acababa de ponerse (aunque lo estaba desde que se levantó, efectos secundarios no documentados de los viajes interdimensionales) pareció entenderlo todo con más rapidez que él.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora