Capítulo 13: Otra vez no

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Aunque encontrarse por segunda vez en la cama del Jiang WanYin (¿Jiang Cheng?) de aquel mundo fue desconcertante, por lo menos no se sentía tan tremendamente desorientado como hacía unos días. Tampoco se llevó ningún ataque al corazón al ver quién dormía a su lado, y eso era un gran avance. No. No estaba preparado para ello, porque puede que no fuese a estarlo nunca, pero al menos ahora tenía alguna clase de noción de dónde se encontraba. Ya es algo.

Lan XiChen abrió los ojos de forma abrupta al notar una familiar fuente de calor a su lado en la cama. No le hizo falta esta vez perderse en la textura de las sábanas, en las alegres plantas de la ventana o en los pósters del techo para descubrir que había vuelto a pasar. La noche anterior, el agotamiento mental le llevó a la cama casi antes del toque de queda y ahora despertaba en aquel mundo ajeno de nuevo con un molesto dolor de cabeza palpitándole en las sienes. Se había intercambiado con ese "yo" sin nombre de cortesía... de nuevo. Esta vez además se levantaba con Jiang WanYin abrazándolo como si fuera alguna clase de peluche o almohadón gigante. Los brazos del locutor le rodeaban, y él a su vez le envolvió entre los propios, bien por el impulso de su corazón o bien por mero instinto. Un poco más allá, la gata, Zidian, dormitaba cerca de la almohada, a la altura de la cabeza de su dueño. Jiang WanYin dormía como si nada pudiese perturbarle, con la frente reposada sobre su pecho, las piernas dobladas en un ángulo obtuso y tapado hasta las orejas. A él, en cambio, apenas le llegaban las mantas y las sábanas a las rodillas. Tampoco es que le hiciesen falta. El lugar era cálido —quizá por alguna de esas revolucionarias y apañadas tecnologías que usaban en dicha realidad y que no les vendrían nada mal en su mundo, la verdad sea dicha— y el otro hombre le proporcionaba además calor más que de sobra. Sus pieles en estrecho contacto compartían una temperatura elevada, pero muy agradable.

Lan XiChen respiró hondo al darse cuenta de la situación. Trataba de mantenerse lo más calmado y adaptativo posible, aunque no le resultaba lo que se dice fácil. No se había preparado para que ocurriese de nuevo tan pronto, ni siquiera lo esperaba, y eso que debería haber sido obvio. Por lo menos, y por el bien de su pobre corazón, esta vez ambos llevaban los pantalones puestos. Menos mal. Si debía ser estrictamente sincero consigo mismo, tuvo que hacer una visita clandestina a la Primavera Fría el día anterior tras su larga reunión con el líder de secta Jiang. Cuando se marchó del Hanshi, tan altivo y arrogante como siempre era después de volver a mencionar cierto incidente, no pudo evitar recordar que le había visto desnudo; con esa misma aura elegante pero desnudo al fin al cabo. Y que había estado a puntito de cultivárselo también.

No sabía si agradecer o lamentar el haber huido tan rápido. Puede que ambas en un confuso cóctel de sentimientos encontrados.

El suspiro contenido que escapó de sus labios golpeó contra la frente del presentador de radio, haciendo que se removiese entre sus brazos. Lan XiChen se quedó quieto, estático por completo. Deseó no haberle despertado; no sabía si su corazón estaba listo para encarar a Jiang WanYin. Que solo se acababa de levantar, ¡por amor a los Cielos! Necesitaba un poco de tiempo para pensar. Cinco minutos, nada más. Con eso ya podría preparase una fachada decente... o eso pretendía hacerse creer por lo menos. Todos sabemos que uno nunca está preparado para enfrentarse al amor de su vida cuando todavía no te le has confesado. Pero bueno, por suerte y sin que sirva de precedentes la fortuna decidió sonreírle. Ese Jiang WanYin tenía el sueño pesado, mucho más que alguien que ha pasado por la guerra, desde luego. No se levantaría por un suspiro. De hecho —y el que no lo crea que se lo pregunte a Wei Ying— según el día podría no levantarle ni una bomba nuclear. Una vez casi se quedó dormido antes de un examen de Programación Avanzada en la universidad por haber estado estudiando hasta tarde, y su pobre y desastroso hermano mayor descubrió lo desagradable que es tener que sacar a alguien a rastras de la cama.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora