Capítulo 14

5.3K 216 27
                                    

Samantha sale del baño un rato después. Yo ojeo el libro por encima. Todavía no se me ha quitado la sensación de extrañeza del cuerpo.

—¿Te lo ha dado él? —Pregunto a mi amiga.

Samantha asiente con la cabeza.

—No me ha dado ninguna explicación, solamente me ha pillado subiendo y me ha dicho: dáselo a Eva —Sam se sienta en mi cama, al lado mío. Coge el libro y lee el título —. Orgullo y prejuicio. ¿Es tuyo o es de él?

—De él.

—¿Hugo te ha prestado un libro? —Se ríe.

—Yo también estoy flipando.

—¿Qué os pasa? Esta mañana estabais que os ibais a matar y ahora te da un libro.

—No lo comprendo ni yo. Me ha dicho que esto es como un son de paz.

Sam aplaude.

—¡Por fin! Es increíble que precisamente mi hermano sea el que entierra el hacha de guerra —Sam se me queda mirando con una sonrisa burlona.

—¿Qué?

—Nada, nada.

—¡Otra vez con las mismas! Dímelo.

—Que se te ha quedado una carita...

—¡No!

—Sí, mírate.

—No. Ay Sam, no me mires así —. Entierro mi cara en mis manos —. No se me ha quedado la cara de ninguna manera. Ha sido una sorpresa, agradezco el gesto y me alegro que vayamos a hacer un esfuerzo para no querer matarnos cada vez que nos vemos.

—Tú no me estás contando algo.

—Eso es mentira. Yo te lo cuento todo.

—Acabaré descubriéndolo que lo sepas.

—No pasa nada Samantha, déjalo —Intento ocultar el crispamiento de mi voz.

—Te estás poniendo a la defensiva...

—¡No me estoy poniendo a la defensiva! Mira, si no me quieres creer no lo hagas. Voy a ir a dar una vuelta. Nos vemos para cenar —Me levanto de la cama y salgo de nuestro dormitorio. Sé que estoy actuando como una niña pequeña pero no me apetece tener que sacar a la luz que me he acostado con su hermano. Espero no tener que sacarlo a relucir nunca. Lo que pasó está enterrado bajo tierra.

No me apetece salir fuera porque ya se ha ido el sol y ha bajado notablemente la temperatura. Sin pensar en nada, me encuentro dirigiéndome hacia un sitio en específico.

Llamo a la puerta con dos toques. Espero un poco pero no hay respuesta.

Bueno, quizá sea lo mejor. No sé ni siquiera porque estoy aquí. Delante de la puerta del chico rubio.

Doy media vuelta y decido bajar a la planta baja. Voy a ver si está alguien en las zonas públicas. Quizá encuentre a Anne o Nia o incluso Maialen por ahí.

El esfuerzo de encontrar a alguien es en vano. Nadie que me interese está a la vista. Tendré que volver a la habitación. Con suerte Samantha habrá dejado el temita y podamos estar charlando tranquilamente hasta la hora de cenar. Paso por la biblioteca y decido asomarme. Recorro la estancia con la mirada y siento un pinchazo extraño al dar con mi objetivo.

Entro en la biblioteca y enseguida me coloco al lado de la persona que estaba buscando en primer lugar.

—¿Orgullo y Prejuicio? Tú si que sabes como ablandar el corazón de una mujer, no es justo. — Digo de broma y me siento en la mesa. Hugo aparta su mirada del libro y dirige la mirada hacia mí. Una sonrisa burlona aparece en su rostro.

El Internado Where stories live. Discover now