Capítulo 6

5.7K 250 30
                                    

Termino de recoger mis libros y me los meto en el amplio bolso de cuero marrón (sintético obviamente), y salgo de clase. Dentro de exactamente dos horas tengo que dar clase a Hugo, pero antes me voy a echar una siesta reparadora. Tengo que reponer todas las fuerzas posibles para enfrentarme a él más tarde. No sé como, pero presiento que va a acabar con mi paciencia más rápido de lo que se puede hacer una simple ecuación.

Sam tiene una hora más de clase hoy así que cuando llego, la habitación está demasiado solitaria, pero no me quejo, así puedo dormir más plácidamente.

Me levanto del sueño de Morfeo una hora más tarde.

Decido darme una ducha para despertarme y una vez lista, me echo por el cuerpo perfume para oler bien.

Que quede claro que esto va sin segundas ni nada, solamente es por el mero echo de causar placer olfativo, pero no a Hugo, sino en general...

Recojo mi pelo en una coleta alta. Lo bueno de ponerme coleta es que me despeja toda la cara y se hace más visible mis facciones. Mis ojos azules parecen más grandes incluso de lo que son. Me pongo una sudadera simplemente, con unos vaqueros, recojo lo necesario para dar clase a Hugo, y me marcho hacia el sitio en el que hemos acordado vernos. Confío que se presente y no me haga quedar como una estúpida esperándole y más tarde me diga: Ay, se me ha olvidado. Lo siento.

En ese caso no le queda Internado para correr.

—¡Eva! —Me llaman por detrás. Es Gèrard.

—¡Hola! —Le saludó sonrientemente.

—¿Tienes algo que hacer ahora? Podemos ir a dar una vuelta.

—Em, ahora mismo no puedo.

—¿Y eso?

Pienso si le digo la verdad de a dónde voy.

—He quedado con Hugo.

Gèrard se para en seco y me mira con la ceja levantada. Antes de que se invente cualquier cosa digo:

—No, no. No es por mero gusto, te lo adelanto. Me ha pedido que le eche una mano con Cálculo y bueno, como ante todo soy buena persona, le he decidido ayudar.

—Mm... me huele raro.

—Simplemente vamos a estudiar —No sé por qué habla con ese tono —. Ni que me lo fuera a comer —Digo como una broma para relajar el ambiente pero, más que relajarlo lo tenso.

—Ya hablaremos —Me dice y se marcha. Yo levanto una ceja, y niego con la cabeza. En fin.

Sigo caminando hacia el punto de encuentro con Hugo. Cuando llego no me extraña que sea la primera. Le doy diez minutos para aparecer si no que se olvide. Ojeo los apuntes de cálculo mientras espero, para saber que explicarle mejor e ir directa al grano para que terminemos lo antes posible.

Ya me parece que está tardando demasiado, así que cansada y cabreada por estar perdiendo mi tiempo esperando a una persona que claramente no puede comprometerse con nada, comienzo a caminar de vuelta a mi habitación.

—Medio metro, espera —Hugo llega corriendo hacia mí —Ya estoy, lo siento por la tardanza.

—¿Qué hacías? Llevo sentada ahí quince minutos.

—Cosas —Responde sin especificar más. Suelto un suspiro.

—Vale a dónde vamos. ¿A la biblioteca?

—Si quieres vamos a mi habitación. Tendremos más intimidad —La palabra habitación e intimidad en la misma frase entre nosotros, me pone los pelos de punta.

El Internado Where stories live. Discover now