Capítulo 37

5.9K 253 217
                                    

El sol ya se está poniendo por lo que el aire fresco de la noche comienza a hacerse notable. Cojo la sudadera de Hugo y me la paso por la cabeza. Hoy finalmente es Nochevieja. Hoy se acaba el año.

Vaya, hace un año estaba viendo como mis padres organizaban nuestra anual fiesta de fin de año con varios de sus amigos asquerosamente ricos e insufribles, y ahora, a unas cuantas horas lejos de medianoche, estoy tumbada en la fina arena de la playa junto a una persona que ni yo misma hace tres meses pensaba que iba a estar, y por la que ahora pierdo completamente la cabeza.

—No quiero que se acabe esto —Digo en voz baja y me apoyo sobre el pecho de Hugo de nuevo. Él me vuelve a rodear con su brazo, y me aprieta contra él.

—Todavía nos quedan varios días de vacaciones, Eva. Relax —Me dice divertidamente. Yo suelto un suspiro.

—No sé. Simplemente es que siento que aquí hemos creado una burbuja, y temo que explote cuando llegue a casa.

Hugo comienza a mover su mano de arriba abajo, suavemente, por mi espalda.

—Eso no va a pasar. Ni lo pienses —Me dice ahora más serio. Yo subo un poco la cabeza para mirarle directamente a sus preciosos ojos verdes.

—Es que no me puedes negar que no estamos genial aquí. Hace calor para ser invierno; tenemos sol, playa... y volveremos al cielo gris y lluvioso todos los días —Resoplo —. Pero eso no es lo de menos. Tendremos que volver a clase... y Dios, como me cruce con Anaju la voy a agarrar y...

Hugo suelta una fuerte carcajada.

—Eva, mi vida, quieres relajarte —Dice sonriendo. No voy a negar que mi corazón ha pegado un salto olímpico al oírle llamarme por ese calificativo.

—Vale. Pero lo de Anaju es verdad. Si tropieza escaleras abajo...

—Tranquila no diré nada —Se ríe.

—Ah, no, no. Con orgullo diré que soy yo.

Nos reímos.

A ver, no soy tan horrible como para hacerle eso a alguien. Ni siquiera a Anaju. Todo era broma.

Quizá.

—Yo también estoy genial contigo aquí —Comienza a pasar su mano por mi pelo, cosa que me encanta y cierro los ojos, disfrutando del contacto —. Sé que me oíste hablar con Samantha el día anterior a irnos, diciendo que no te quería aquí.

Mi corazón se encoge un poco al recordar eso. Realmente escuchar sus duras palabras ese día me hicieron mucho mucho daño.

Hugo continúa:

—En verdad me estaba muriendo por que vinieses, pero obviamente no quería admitirme todo lo que sentía por ti, como bien sabes y prefería que estuvieses lo más lejos posible para no encararme con ellos. Aunque obviamente sabía que no había nada que hacer e ibas a venir igual. Perdón por eso.

—No hace falta que te disculpes más, te he perdonado todo. Ya es todo parte del pasado.

—Aún así yo no consigo estar en paz conmigo mismo por haberte hecho sufrir tanto desde que nos conocimos.

Ruedo encima de él y quedamos cara a cara.

—No todo ha sido malo en nuestra relación —Paso mi dedo suavemente por su bonita nariz —. Me has dado los mejores orgasmos de mi vida —Puntualizo y Hugo rompe a reír.

El Internado Where stories live. Discover now