Capítulo 12

6.2K 219 29
                                    

Me revuelvo en la cama. Tengo el suficiente espacio para darme la vuelta sin chocar con nada, mejor dicho, con nadie; por eso sé con certeza que Hugo ya se ha ido. Resoplo y miro la hora. Las nueve de la mañana.

Me recuesto de nuevo. ¿De qué me extraña que Hugo no esté aquí por la mañana? Claramente no iba a amanecer con él a mi lado y rodeándome con el brazo y a decirme los buenos días.

Y tampoco es que yo quiera.

Decido ponerme algo de ropa encima. Intento que mi mente no divague por los terrenos de anoche. Ha vuelto a pasar lo que no quería que ocurriese pero esta vez mucho peor. Y lo peor de todo es que me ha encantado, joder.

Ya sí que no sé cómo mirarle a la cara definitivamente. Y tampoco sé cómo tomarme esto. Las ganas han salido a flote de nuevo y ninguno quiso pararlo. Hugo no me gusta. Bueno no me gusta en el sentido de que no me atrae nada su personalidad y su forma de ser, porque claramente la manera que tiene de reaccionar mi cuerpo cuando le ve, borra mis esquemas.

Suspiro y me paso las manos por la cara. Joder, Eva.

No me quiero mover de la cama. He tenido la necesidad de cambiar todas las sábanas y la funda del edredón y almohada para borrar cualquier rastro de lo que ha ocurrido anoche. No quiero ni pensarlo. Quiero borrarlo de mi mente completamente.

Sí, lo mismo dijiste la primera vez y mira como te ha ido.

No, está vez es la última vez. Encima, Gèrard y yo, antes de que se fuera todo a pique, compartimos un beso precioso e íntimo, que me gustó mucho. Gèrard me hace bien. Gèrard no me provoca dolores constantes de cabeza.

Pero Gèrard no te provoca lo que te ha provocado Hugo últimamente.

De verdad, que alguien calle a mi conciencia urgentemente.

Samantha llega a la habitación con una sonrisa resplandeciente en su bello rostro.

—Alguien está feliz —Le digo sonriendo al verla tan contenta.

—Alguien ha tenido una noche estupenda —Responde con ojos soñadores y yo la pido que por favor no me de detalles. Ella se ríe y me abraza. A continuación se sienta a mi lado.

—Qué tal tu noche —Me he acostado con tu hermano, me he acostado con tu hermano.

Normal.

Samantha levanta la ceja.

Ya te conozco lo suficiente para saber que me estás mintiendo —Samantha me zarandea —¡Cuéntame todo!

Me río pero intento que no se me suba el color al rostro.

—Te estás sonrojando Eva. Ya me estás contando —Mierda, odio ser tan obvia.

—A ver... —comienzo a decir—. Fui a la habitación de Gèrard, le invité a la habitación...

—¡Qué! ¿Y que pasó?

—Vimos Harry Potter.

—Espero que eso sea un eufemismo.

La doy un empujón de broma.

—¡No, Sam! Simplemente vimos Harry Potter.

Sam hace un puchero.

—Vale pero algo más tiene que haber pasado para que tengas cara de haber echado un buen polvo.

El Internado Where stories live. Discover now