Objetivo

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Se hundió completa en el agua, consiguiendo así que su cabello se empapara mientras contenía la respiración por varios segundos antes de volver a asomar la cabeza y chapotear un poco. Llevaban una semana en Iwagakure, y se estaban quedando en un hotel que tenía aguas termales, lo mejor de todo es que él la había autorizado a salir de la habitación y podía ir a sumergirse un rato entre estas. Al ser una aldea mucho más grande que la que quedaba cerca a la guarida, estaba mucho más vigilada por shinobis pero mientras no llamaran la atención nadie los atacaría y mucho menos dentro de las instalaciones.

Había luchado con todas sus fuerzas por eliminar los recuerdos referentes al niño, no había sido su culpa, solo se había defendido y el pobre había sufrido la consecuencia nefasta de ser un daño colateral, quería creer que al menos ahora no iba a crecer siendo criado por un montón de maleantes como hubiera pasado si tal ataque no ocurría. O iba a ser adoptado por alguna otra banda e iba a crecer para ser un futuro Ryuuken, sabía perfectamente que todo el clan Kazirga era criminal y si el ataque de los Hyūga no hubiese tenido lugar, igual él sería un criminal. Pero no dejaba de ser triste pensar que en ese momento de quiebre, ese momento en el que todos pudieron elegir qué camino seguir tras el asesinato de sus padres se hubieran decantado por seguir el legado. Pero el menor de ellos tenía escasos cuatro años, realmente no había podido elegir tomar un camino de redención o similar, simplemente fue arrastrado por los mayores y ya.

Ni siquiera sabía porqué su mente resultaba desvariando en ese hecho, tal vez porque de todos era el único que parecía tener una consciencia... aunque así mismo conscientemente elegía hacer lo que hacía, era un caso perdido y punto. Sería mejor dejar divagar su mente en imaginar un nuevo desenlace el día que Neji y ella fueron atacados, si ella hubiera tenido todos los conocimientos que había adquirido en esos meses de estar allí el resultado cambiaba, aunque no engañaba a nadie, ellos dos no podían contra todos los hermanos, ni siquiera estaba segura que combinando sus estilos de pelea pudieran contra Uryuu, sobretodo porque se sabían defender de los ataques Hyūga.

Gracias a que también había aprendido a ser observadora, pudo notar el movimiento fuera del lugar aún antes que la puerta se abriera y sin parecer que se había puesto en guardia tomó una de las rocas que rodeaban la pileta, lista para lanzarla. Dos segundos después la cabeza que se asomó fue la de Uryuu así que devolvió su improvisada arma al puesto, aunque vestía en colores oscuros ella sabía reconocer que estaba empapado de sangre, cuando se empezó a desvestir alcanzó a verle un enorme moretón en la mitad de la espalda. Ojalá lo hubieran matado.

- Este es el área de damas — habló quitando la mirada pues él se estaba soltando el pantalón

- Sí, nadie viene a esta hora entre semana — se metió al agua con ella — no te atrevas a irte — le ordenó al ver que se iba a poner de pie — y no me ruedes los ojos

- ¿Algo más?

- Acércate — suspiró, hasta ahí su idea de otro día disfrutando entre el agua caliente. Él solo la abrazó obligándola a recostarse en su pecho y se quedó quieto. Ella apoyó la cabeza en el borde de la pileta y cerró los ojos, dejando que el agua lentamente la arrullara escuchando que la respiración del horrible hombre empezaba a acompasarse — ¿Chiquilla? — lo escuchó hablar a lo lejos, no supo cuánto tiempo se durmió exactamente, pero no quería salir del agua todavía, aunque seguro ya parecía una uva pasa y lo más probable es que estuviera medio cocida por dentro — chiquilla despierta — sintió que la sacudía ligeramente ¿si pretendía seguir dormida se iría y la dejaría en paz? — ¿finges estar dormida? — no se movió — te juro chiquilla que si no despiertas en este instante me iré ya mismo a Konoha y descuartizaré a tu novio Hyūga — tentó a su suerte una vez más y no reaccionó, ya ni siquiera le importaba cuando la golpeaba pero no tenía ánimos que descubriera el engaño — estoy cansado de estar aquí — él se reacomodó un poco y se quedó callado un rato — realmente me vas a hacer falta, será una lástima tener que matarte — pronunció eso como si le hablara a nada en particular — el último y más grande placer que me vas a dar será asesinarte justo frente a sus ojos el día que por fin eliminemos por completo a esa maldita familia — no dijo nada más, casi media hora después finalmente se hartó y la sacudió de mala manera para que se despertara

El Clan KazirgaWhere stories live. Discover now