Recordatorio

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Dio una vuelta en la cama aburrida, era el tercer viaje al que lo tenía que acompañar y otra vez estaba sola en el departamento. Le gustaba la soledad, que ninguno de ellos estuviera en las cercanías, poder sumergirse en sus recuerdos tranquilamente, incluso a veces ensayaba un poco canalizar chacra para comprobar hasta qué punto sus habilidades estaban regresando, pero se aburría porque quería poder salir a recorrer la aldea. Preparó algo de la comida instantánea que había en la cocina y después de eso regresó a la habitación, al menos esta vez había llevado un libro. Se estaba quedando dormida cuando escuchó que abrían la puerta de entrada y algunos ruidos en la sala, siguió en lo suyo sin prestar atención, no es como si se alegrara de su regreso o fuera a salir a saludar con una sonrisa. Un buen rato pasó hasta que oyó las voces y se alarmó, no era la voz de ninguno de ellos, había perdido la costumbre de identificar las presencias. ¿Qué debía hacer? ¿Esconderse en el baño? ¿Meterse al armario? ¿Quedarse dónde estaba? Los sonidos eran cada vez más cercanos, estaban por abrir la puerta así que se puso de rodillas en la cama esperando a ver quiénes eran los intrusos.

- Vaya, vaya — había dos hombres frente a ella, con bandana tachada de Otogakure — así que mientras él hace sus maldades, su novia lo espera con la cama caliente — la miró satisfecho — sabía que le encontraríamos un punto débil

- ¿Qué dices? — habló el otro — ¿Nos divertimos con ella un rato?

¡Oh no, claro que no!, ella no estaba haciendo lo que hacía para que llegaran dos desconocidos con el propósito de abusarla. Lo más parecido a un arma en ese lugar eran los cuchillos de la cocina y estaban muy lejos. Tenía que usar la ventaja de la sorpresa, así que en un movimiento rápido lanzó el libro para darle a uno de ellos en la cara y se bajó de la cama, alcanzando a patear, sacándole el aire al otro que no reaccionó a tiempo. Al que le dio en la cara le lanzó un puño que ella esquivó, recogiendo el libro del suelo y golpeándolo otra vez en la cabeza con fuerza, haciéndolo caer al suelo.

- ¡Es una maldita kunoichi! — evaluó sus opciones de huir pero la puerta era bloqueada por uno de ellos que se abalanzó sobre ella, se defendió de los golpes al tiempo que hacía los propios, pronto fueron los dos los que la atacaban. Agradeció al cielo y a Gai, por todos sus años de entrenamiento enfocada en el taijutsu. Era incómodo pelear en ese cuarto, no era lo suficientemente amplio. Uno la tomó de la blusa y ella en un giro se la quitó, usándola para intentar ahorcarlo hasta que esta se rompió por el exceso de fuerza. Logró sacarles unas cuantas kunais e inmovilizarlos contra el suelo. De una patada en el cuello por fin los dejó inconscientes. Salió de la habitación, comprobando que no había nadie más en el departamento e intentó buscar una soga o algo para amarrarlos.

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Caminaban de regreso al departamento, antes de llegar al final de la calle en donde debían girar en la última esquina supo que algo estaba mal, había demasiado silencio. Cruzó una mirada con Uryuu y se adelantó un par de metros asomando solo la cabeza, había un ninja desconocido junto a la puerta, observó los tejados, no se veía nadie más.

- La chica — dijo el mayor, no era preocupación lo que expresaban esas palabras, era algo más parecido a la decepción y la molestia — rodea el lugar y entra por la ventana

Arrancó a correr y eso hizo, siguiendo las indicaciones que les había dado Hiroku desde que tomaron el apartamento de cómo abrirlas desde afuera sin activar la trampa. La única entrada que no tenía explosivos o trampas era precisamente la entrada principal, porque creían que nadie sería tan idiota de usarla directamente, pero bueno, siempre había excepciones. En completo silencio se deslizó por la ventana y abrió la puerta de ese cuarto, la sala estaba desordenada, se notaba que estaban buscando algo. Eso no le preocupaba, en esa guarida no guardaban nada importante. Revisó el otro cuarto, encontrando más cosas en el suelo. Con sigilo se aproximó a la puerta del cuarto principal que estaba entreabierta, sin estar seguro de qué se iba a encontrar. Muchas imágenes pasaron por su mente, desde que la habitación estuviera vacía hasta que ella estuviera muerta sobre la cama, al ir a dar un paso para asomarse una kunai voló frente a él.

El Clan KazirgaWhere stories live. Discover now