Retrospectiva

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Llevaba un mes en la aldea, de lunes a viernes una parte de su día se ocupaba entre sus clases, sus citas con Tsunade y una que otra tarde junto con los sábados con sus amigas, con quienes estaba saliendo a caminar por la aldea consiguiendo por fin que su ansiedad frente a los hombres disminuyera casi por completo, casi, igual estar en un lugar con muchos especímenes masculinos seguía asustándola un poco, pero ya no salía a correr. Neji había accedido a ayudarla con sus lecciones los domingos, no sabía explicar muy bien con palabras, era un poco más de guiar sus ejercicios casi de modo práctico. El primero de estos estuvo ayudándola a concentrar chacra en las manos, por lo que la tomó de estas y le pidió que se enfocara en sentir como fluía en su interior; el segundo domingo fue el turno de escalar un árbol solo con sus pies, esa vez la sostuvo de la cintura para que diera los pasos horizontal al suelo sin caerse mientras ella intentaba concentrarse en lo que debía hacer y no en el hormigueo que sentía por el contacto, estaba claro que era su cuerpo reaccionando casi de forma automática a algo que le era familiar, pero no lograba recordar exactamente a qué. Ese, su tercer domingo juntos era sobre invocaciones en un pergamino, tenía que dibujar los sellos en el mismo y luego con un poco de sangre y chacra sacar el objeto, él a su lado veía los rayones que ella hacía conteniendo una sonrisa por la letra torpe, lo golpeó en el pecho a modo de queja por su burla y por primera vez lo escuchó reír. Se puso serio bastante rápido y se acercó para tomar el pincel al mismo tiempo que su mano, logrando un trazo más fluido, pero ella ni siquiera supo que se escribía en el papel, sus sentidos estaban hipnotizados por la cercanía, percibía su olor invadiéndola por completo, si giraba un poco la cabeza le rozaría la mejilla con su nariz y si él también giraba su cabeza... se sonrojó de solo pensarlo, pero era una idea que estaba rondando por su mente. Neji se apartó de su lado, al parecer completamente ajeno a sus cavilaciones, indicándole que hiciera lo de la lección del día. Suspiró resignada y lo intentó sin ningún resultado, la tarde casi finalizaba por lo que no quiso seguir en eso, así que terminaron su práctica por el día, buscó su maleta y de esta sacó la comida que había llevado para compartir.

- ¿Cómo va tu entrenamiento? — preguntó mientras comían

- Lento, es difícil dejar de lado algo con lo que fui criado — exhaló pesadamente — además que Gai y Lee no han regresado de sus misiones, por lo tanto la falta de un compañero con un nivel aceptable complica las cosas aún más — su compañera ideal de entrenamiento estaba al frente suyo pero no podía ayudarlo — ¿Cómo va tu tratamiento?

- Lento — contestó de la misma forma — en las sesiones que van hasta el momento la inflamación no ha bajado mucho. Tsunade las va a aumentar a dos a la semana y ya programó ocho sesiones más — intentó no mostrarse triste — a veces creo que mis recuerdos nunca volverán... al menos estoy intentando aprender esto mientras tanto — él asintió dándole la razón — ¿has encontrado algo sobre ellos? — preguntó para cambiar el tema

- He revisado todos los libros tanto en la biblioteca de la familia como en la de la aldea, no encuentro nada, ni por Ca ni por Ka. Lo más parecido es una familia de apellido Katō y no es una familia shinobi — ella cerró los ojos por un momento, recordando las palabras que había escuchado ese día, esforzándose por ver más allá de la luz examinándola

- Jannos dijo que eran el Clan Ka... — no había abierto los ojos, concentrada — Kazirga — completó

- ¿Estás segura que ese es el apellido? — asintió, el sol se estaba ocultando pero no le importó, no quería perder tiempo — vamos, acompáñame a mi Clan

Guardó las cosas en su maleta, se puso de pie y empezó a caminar tras él, su paso era rápido. Recorrieron una buena parte de la aldea y casi en los límites se detuvieron por fin frente a una puerta antigua, él pareció tomar impulso antes de abrir y le indicó que pasara. Adentro todo estaba en silencio, ya había oscurecido y estaba empezando a hacer mucho viento, se acercaron a otra puerta detrás de la cual se veían unas luces encendidas, le pidió que esperara un momento y desapareció en ese salón.

El Clan KazirgaOù les histoires vivent. Découvrez maintenant