Escape

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La encontró subida en un árbol abrazada a sus rodillas sin ver nada realmente, pisó una rama a propósito para que hiciera ruido, ella buscó el origen del sonido de inmediato, alarmada. Cuando notó que era él se calmó.

- No quise escaparme — admitió apenada, se puso de pie sosteniéndose del tronco del árbol y pudo ver que de uno de sus brazos colgaba un trozo de tela con un nudo — y ahora no sé cómo bajarme de aquí

- La Hokage está preocupada — le contó subiéndose a la rama con ella — ven, te ayudaré a bajar — le indicó que se subiera a su espalda

- No me gusta el hospital — ella puso las manos alrededor de su cuello como había aprendido durante el viaje

- A nadie le gusta el hospital, Tenten — de un salto bajó del árbol pero no empezó a caminar de regreso, ella se soltó del agarre y sintió el pasto mojado por el rocío en sus pies

- ¿Qué es este lugar Neji? — dio unos pasos hacia el centro del campo — me resulta... familiar

- Es nuestro campo de entrenamiento — carraspeó — quiero decir, el de nuestro equipo

- ¿De verdad soy buena ninja? O bueno, ¿era?

- Bastante buena — admitió

Guardó silencio y volvió a sentarse, esta vez en el pasto con las piernas cruzadas, sin importarle si se le humedecía la ropa, simplemente respirando profundo. Disfrutando la brisa y el olor del lugar ¿volvería a ser esa persona? Detalló el trozo de tela en su muñeca y se lo quitó. Él la observaba sin saber realmente qué decirle, ella ya sabía cuál había sido el motivo de su secuestro pero no había vuelto a preguntarle nada al respecto. Así que solo se sentó a su lado, viendo juntos el amanecer en silencio.

- Neji ¿cuántos años tengo? — su mirada seguía fija en el sol que se asomaba

- Diecisiete, en poco más de un mes cumplirás los dieciocho

- ¿Y tú?

- Dieciocho — ella asintió en silencio por la respuesta, eran un par de adolescentes comparados con los adultos que la habían tenido prisionera ¿qué podrían tener contra él?

- ¿Me mostrarías dónde vivo? — habló después de un rato

- Sería mejor que volvieras al hospital — ella hizo algo que parecía un puchero

- ¿Por favor? — necesitaba entender porque había ido a ese campo y no a su propio hogar

- Hmph — se puso de pie y le extendió la mano para ayudarla a levantar, por la forma en que ella movió el brazo para aceptar el soporte que le ofrecía pudo ver la cicatriz ya curada en su muñeca izquierda, aunque ya no era tan notoria como antes se alcanzaba a ver más clara que su tono de piel normal. Ella notó sus ojos ahí clavados y se soltó incómoda, cubriéndose con la mano derecha

- Parecía una buena idea — se justificó — pero no quiero hablar de eso

- Lo siento — se excusó, quería decirle que esa disculpa era por todo, por el secuestro que conllevó que ella decidiera hacer eso y por quedarse viendo la marca de forma poco disimulada, pero no dijo nada más al respecto — te llevo, no es buena idea que camines descalza por la aldea

- ¿Me vas a llevar a mi hogar?

- Sí, Tenten — afirmó — te voy a mostrar tu departamento — ella soltó un gritito feliz — pero después tienes que volver al hospital.

Nuevamente se subió a su espalda y él se dirigió rápidamente al edificio en que ella vivía, aún era temprano así que la vida en la aldea no había empezado, por lo que no llamaron la atención. Ella vivía en un primer piso, afuera tenía varias plantas que se veían secas por todos los días sin agua que llevaban, pues les había dejado reserva solamente para las dos semanas que debía durar la misión originalmente. La descargó y la vio revisar la entrada, esperó unos minutos, quería comprobar si de pronto recordaba dónde escondía la llave de repuesto, pero no fue así. Levantó una de las macetas para que ella tomara la llave, abriendo así la puerta de entrada. El lugar tenía un poco de olor a guardado que se mezclaba con uno de los ambientadores que hasta el momento no se había finalizado. Abrió una de las ventanas para ayudar a ventilar un poco.

El Clan KazirgaWhere stories live. Discover now