Paralelo

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Ella quería que pudieran terminar la técnica, pero para eso necesitaba saber invocar las armas de los pergaminos, por lo que esa semana empezó a esforzarse más en clase. En las tardes si no tenía su tratamiento médico, iba al campo de entrenamiento a que él le siguiera explicando y por supuesto, aprovechaba para besarlo un rato, siempre después de girar en sus brazos, porque le encantaba la sensación. Ese domingo él la vio con atención, intentando adivinar si ella recordaba o no qué día exacto sería ese lunes, no sabía si decirle. Cuando finalmente se despidieron le dijo que no iría a entrenar al día siguiente por un asunto del Clan, era casi gracioso poder usar esa excusa ya que todos entendían que no debían preguntar nada más.

Se sintió tonto cuando entró a comprar un pequeño cupcake con una vela y luego caminando por la aldea con este para vigilar si ella se iba a su departamento al salir de sus lecciones. La siguió a la distancia y unos minutos después de ver que efectivamente estaba en su residencia, golpeó la puerta. Entró tan pronto se lo permitió y puso frente a ella el postre.

- Feliz cumpleaños — la vio sonreír sorprendida

- Gracias — contestó, por los álbumes de fotos sabía que era ese día, pero se sentía conmovida que él hubiera tenido ese gesto. Dejó el cupcake sobre el comedor y se sentaron en el sofá, besándose lentamente, mientras no recordara nada más, ella estaba decidida a disfrutar cada vez que estuviera a su lado. Desde ese beso en los terrenos Hyūga era la primera vez que iba al departamento de ella y al igual que al quedarse en la misma habitación, sintió que era incorrecto o al menos un poco apresurado estar ahí. Escuchó unos murmullos afuera de la ventana y dos segundos después la puerta se abrió de par en par.

- ¡Feliz cumpleaños Tenten! — gritaron de repente, se había separado del beso justo a tiempo, pero seguían muy cerca — oh, chicos... — habló Sakura a todos los que venían detrás — creo que teníamos que golpear antes de entrar — podía sentir la mirada victoriosa y altiva de Ino clavada en él

- Lo sentimos Tenten, no sabíamos que estabas acompañada — se disculpó Hinata en su voz tímida, estaba más sonrojada que la misma Tenten

- Sigan — contestó con una sonrisa resignada, levantándose del sofá para ser abrazada por algunos de ellos y luego acomodar las dos sillas de su comedor, pues no habían asientos suficientes con los muebles de la sala. De los novatos solo faltaba Naruto y de su equipo faltaba Lee.

Ella se volvió a sentar a su lado, no tenía sentido intentar ocultar o negar lo evidente, mucho menos irse y dejarla en ese momento, en el puesto libre del sofá se subió Akamaru, apoyando la cabeza en el regazo de Tenten para que lo acariciara. Sakura fue a la cocina a buscar un cuchillo mientras Chōji dejaba un enorme pastel en la mesa de centro, junto con algunos platos y vasos desechables, Kiba dejó un par de sodas al lado y todos tomaron asiento, quedando Shino y Shikamaru sentados en el suelo sin protestar. Pusieron dos velas con los números uno y ocho para que ella pudiera apagarlas mientras pedía un deseo, como no podía ser de otra manera deseó sus recuerdos de regreso. Entre Ino y Hinata cortaron el pastel y le entregaron a cada uno un trozo, repartiendo después las bebidas mientras decían que para el siguiente año sería con algo más fuerte, pues todos tendrían la mayoría de edad cumplida. Por un momento no entendió el comentario, pero después Shikamaru comentó que los envidiaba a ella y a Neji que por ser los más grandes del grupo ya eran mayores de edad y podían hacer lo que quisieran, incluso ir a un bar, en lugar de estar aguantando órdenes hasta en la casa. La tarde transcurrió entre anécdotas y risas que ella solo escuchaba, sintiendo cierto sabor amargo por la cantidad de historias que contaban, algunas increíblemente graciosas pero que le eran totalmente ajenas.

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Oficialmente se había rendido a intentar encontrar algo en los cuadernos de sus predecesores y una parte de ella sabía que era completamente inútil encaminar su valioso y escaso tiempo a saber cuál era el conflicto entre los Hyūga y los Kazirga que parecían ser un Clan fantasma, no era relevante saber quiénes habían sido, mucho menos teniendo en cuenta que los que habían sobrevivido eran los más jóvenes, saber a qué se dedicaban hace veinte años le sería tan útil como intentar acordarse de qué fue su desayuno el día que Jiraiya la encontró para pedirle que regresara a Konoha a asumir su actual cargo, o sea nada. No, lo que tenía que hacer era orientar su búsqueda en saber quiénes eran actualmente, si estaban en pasos criminales y eran seis, era técnicamente imposible que no dejaran un rastro que seguir. Con las edades aproximadas del informe de Shikamaru y los años que dijo Tenten que habían pasado desde aquel ataque, además de la leve descripción de su apariencia podía empezar a revisar nuevas células delictivas que pudieran coincidir con esos datos. Redactó algunas notas y envió los mensajes a los cuatro Kages de las otras aldeas, esperando sirviera de algo.

El Clan KazirgaWhere stories live. Discover now