Capítulo 52: ¿Que tu gata qué?

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Lan XiChen frunció el ceño, contemplando la interacción entre... bueno, entre gato y humano del gato. Zidian maulló quién sabe si feliz o molesta. Con una de sus mullidas patitas golpeó (si es que a eso se lo puede llamar golpe) la nariz del locutor.

-¿Va todo bien con Zidian? Parece inquieta.

-Si solo fuese eso... Esta gorda, ¿lo ves?

Como si esperase que, quizá por ser un cultivador o quizá por parecerse a su novio, el primer jade le diese una respuesta sobre el estado extraño de su gata que llevaba días trayéndole de cabeza, Jiang Cheng se la puso delante de las narices. Una pena que Lan XiChen no tuviese una gran cultura cinematográfica (o que no tuviera ninguna cultura cinematográfica, vamos a ser claros) porque Lan Huan seguro que se habría acordado del Rey León. Hasta habría amenazado con cantar, y Jiang Cheng le habría tirado su sándwich a la cara. Pero, dejando episodios musicales a un lado, efectivamente, estaba gorda. Aunque... ¿Era correcto decirlo así como así? Al bueno de ZeWu-Jun lo que menos le apetecía era herir la sensibilidad de la gata de su "anfitrión", por así decirlo, ni la de su anfitrión en sí. Al fin y al cabo, que no fuese su Jiang WanYin no impedía que siguiese siendo Jiang Cheng. Si algo sabía de él, además de que le encantaba morder, era sin duda lo de su temperamento volátil. Y ese rasgo lo compartían en ambos mundos por mucho que en este sonriese más, eso lo tenía clarísimo. Olvidarlo podría haber sido tentador, sí, pero su ceño cada vez más fruncido a cada segundo de espera se lo impidió.

-Es cierto que parece un poco más... rellenita. -Concedió mientras la cogía en brazos-. Pesa más que antes.

-¿Verdad? -Exclamó el presentador, más contento ahora que le habían dado la razón-. Hace unas semanas que come un montón, más de la cuenta. Y como Lan Huan es un debilucho le da más comida de la que debería. Y luego ha estado comportándose raro, y maullando como si estuviera en celo hace unos me... Oh, mierda.

Con su sándwich en la mano a medio morder, Jiang Cheng pareció quedarse en blanco un momento. Lan XiChen había aprovechado para depositar a la gata sobre la barra de la cocina. No se esperaba que el presentador lo apartase de un empujón y casi le tirase el café por encima. Fue sin querer, pero tampoco se disculpó. Casi preocupado, volvió a levantar a Zidian para examinarla. Mientras tanto el primer jade se preguntaba si su propio Jiang WanYin querría en algún momento adoptar una mascota. Adoraba los perros, ¿no? Quizá podrían conseguir un perro espiritual, como Fairy... sí, eso sería bonito. Le gustaban esa clase de planes de futuro, los que incluían tener algo juntos.

-¿Va todo bien? 

-El vecino del sexto piso tiene un gato. -Murmuró Jiang Cheng como si esa fuese alguna clase de respuesta a las preguntas más oscuras del inframundo, en tono quedo, sombrío y hasta un poco incrédulo.

-¿Y?

-Y Zidian estuvo en celo hace cosa de un mes y medio.

Ups.

Incluso sin mirarse a los ojos, los dos supieron que estaban siguiendo la misma línea de pensamiento. Lan XiChen acabó por buscar a la gata, que ahora movía la cola tan tranquila mientras se lamía una pata. Su expresión era casi inocente, como la de quien nunca ha roto un plato, y ella sin duda se había llevado por delante parte de la vajilla de su humano durante los primeros meses de convivencia. La del presentador por otra parte se había quedado en blanco, a medio camino entre el asombro, la rabia y las ganas de ir a cantarle las cuarenta al vecino de arriba. El primer jade no lo sabía, pero ya bastante mal le caía ese hombre al locutor por la maldita costumbre que tenía de tocar la guitarra con la ventana abierta a las doce de la noche. Y si por lo menos tocase bien... pero es que eso era un suplicio.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Where stories live. Discover now