34_Una Noche Especial (Ainhara)

Start from the beginning
                                    

— Dentro de algunas horas llegaremos al páramo en donde pasaremos la noche. Propongo que más adelante hagamos una parada y una pequeña reunión de brigada promocional.

Eric como guía, hizo bien su tarea de buscarse una vara y, además, trajo consigo un sombrero que lo iguala a un campesino. Él es todo lo opuesto de Adam y eso me gusta.

— Qué bueno que tenemos abrigos –puntea Anahí– está comenzando a hacer frío...

— Tal vez se acerque una tormenta –interviene Ryan– ¿Eric tú que crees?

— Que sois muy flojos y nunca han estado en un páramo –tontea él, aunque tiene razón–. Grupo, entre más nos acerquemos más frío habrá. Los páramos suelen ser zonas frías. Verán, los climas que corresponden a zonas costeras o cercanas al mar presentan oscilaciones térmicas bajas, por los efectos moderadores o suavizadores de la masa hídrica. En fin, que sumándolo todo...

— Pasaremos mucho frío –digo y Eric asiente.

Ken nos da a todos una certeza al recordar que tenemos casas de campañas. No fuimos quiénes arreglamos el equipaje, sin embargo, nos dijeron que las tiendas no faltarían.

— ¿Bueno, ¿cuántas tenemos? –cuestiona la pelirroja de repente– Porque yo no tengo ninguna... antes he revisado mi mochila.

— Seguro no te dieron ninguna para que duermas con las bestias de la isla.

— Ainhara no es gracioso –regaña Anahí.

Pero Ankara argumenta:

— Debo suponer que no sabes el significado de «inhabilitado».

— Tus dardos se vuelven arcaicos mirmecófago –le digo con seña–. Madura anda.

— ¿Mirme que? –repite Eric por lo bajo.

— Basta las dos ya –ordena Anahí– ¡Parecen niñas!

Mi hermana gesticula un «no las tomes en cuenta» hacia Eric, quién se encoge de hombros y curva sus labios.

— Maduraré... cuando lo hagas tú, Ozeli –adiciona la pelirroja.

La mención de mi apellido ya no me inquieta. Tal vez porque me he acostumbrado o, simplemente asumido que soy una Ozeli y que, a través de mí, corre la sangre Pilar.

— Dime, ¿te asignaron alguna tienda a ti?

— No –respondo mordiéndome la lengua con disimulo.

La caminata se detuvo como proyectó Eric. El resto buscó tiendas de campañas para contar. Dos: Ryan y Ken. La bien pensada de Sacha escondió sus suministros y aún sin estar presente, logró que pasemos penurias. Ken se guardó la suya que sería para los chicos; Ryan dio a su novia la otra.

Cae la noche cuando llegamos al páramo, donde el frío logra instalarse en cada parte de nuestros cuerpos. Por ende, damos uso a los abrigos, así como a los faroles que de cada mochila cuelgan. Armamos las tiendas y sobra tiempo para dialogar ideas inminentes sobre el proyecto que inicia mañana.

Luego, al cenar, no tengo esperanzas de que Sacha nos haya equipado una comida decente. Por tanto, de todo el sexteto solo yo no me asombro al ver que cenamos solo frutas y agua caliente.

— Venir a estas horas no fue la mejor opción –murmura la pelirroja encorvada a causa del frío.

— ¿Tienes miedo, Batlelock? –pincho en tono sugerente.

— Tengo frío, Ozeli.

— Todos tenemos frío –concluye Anahí–. Cállense y coman, por favor.

Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©Where stories live. Discover now