32_Los primogénitos declaran su apoyo (Astrid)

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Cuando la algarabía de la celebración estuvo disipada, supe que debía volver.

Con todo y la felicidad del día, sentí una punzada de añoranza imposible de encubrir. Pues la ausencia de mi abuela me recuerda que casa no es hacia donde me dirigía con el Vallamorieé (mi yate). Mi hogar no es donde habito, sino donde está la esencia de quién soy. Y eso es junto a los ADN; en el NUCLEO.

Por tanto, resolví cruzar el límite para quedarme a dormir esta noche en el refugio, junto a los míos. No había manera ya de que hablase con Ainhara y Anahí, pues la segunda desapareció del festejo. Así que dejé estar por ese tiempo el detalle de los dardos recelosos de Ainhara. Los cuales entiendo se deben a Amir; porque todo se trata de él en el plano más privado que nos une. Mientras que, por otro lado, la experiencia acumulada en la acogida de miembros nuevos hace que repare en que la Heredera Ozeli no está preparada.

Ella entiende que lo que hacemos no es simple. Sin embargo, no le teme a ser un ADN; le preocupa la responsabilidad de ser una Heredera Pilar. A pesar de no estar lista para ello, comprende que debe enfrentarlo (y me alegra saber que esto último lo ha aceptado).

— Podemos hablar ahora –afirma Ainhara entretanto sube detrás de mí por las escaleras.

— Lo haremos mañana.

Decreto para poco después caer sobre el colchón. Asimismo, alisto una alarma en mi móvil y quedo viendo al techo borrascoso de la sala en donde dormimos semi hacinados.

A la verdad evito quedarme bajo tierra cada vez que vengo al NUCLEO. Lo cual no es solo por precaución de no ser descubierta ausente en mi habitación de la mansión, sino también por atribuciones morales. Aquí debajo me asfixian los pensamientos que siempre ganan horas de sueños, mientras yo recojo migajas. Esto por razón de mi doble vida. Ser Arturo o Astrid en sus relativas plataformas no me parece deshonesto, sin embargo, en ocasiones lo veo así. A consecuencia lloro en silencio reprimiendo el sonido de la queja. Con todo, al menos me queda la integridad de que siempre he sido yo; no un rol que se interpreta según el acto. Por ende, mi posición no cambiará porque esto que hago es lo correcto; y lo correcto siempre duele en un mundo de mentiras y traiciones.

— Oye ¡Astrid! –reconozco esa voz en lo profundo de mi ensueño.

Preocupado, Adam me pide que despierte.

De modo que con un movimiento ligero me hayo en pie sin comprender el motivo de la urgencia.

— Tienes que ver esto ahora –responde ante mi interrogante no emitida.

Su mano agitada me insta a seguirlo (por la experiencia), comprendo que nada bueno ha ocurrido.

— Una nueva declaración –informa Adam en voz sarcástica mientras abre comillas con sus dedos– «Los primogénitos declaran su apoyo». «Amir Balezcose regresa del anonimato y trae consigo a Damián Yoon». Escoge el titular que más te guste.

Ninguno se molesta en cerrar la puerta al salir. Troto y casi corro hasta llegar junto al resto de nosotros. En donde dos bandos se dividen para dar visibilidad a una Tablet grande. La cual reside encima de una silla recostada al espaldar. Se alzan los murmullos mientras me acerco al grupo de negro. No estaba al corriente de esto y ellos lo saben. Tal vez sea por ello por lo que sus miradas sobre mí no lucen esperanzadas, sino penosas.

Son las 9:03 a.m. Amir ha de estar aún en el set, con alguien encima quitando ese maquillaje superficial que demandan las cámaras. Aunque el resultado de sus palabras está aquí: frente a mí, siendo emitido para todos luego de que alguien da play. En la grabación se ve a mi prometido dirigiéndose al podio. Lleva traje color lirio hecho a medida para la ocasión y ningún papel lo ata en el camino que recorre. Su mirada atrapa la atención anhelada por sus titiriteros.

Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora