8_Trampa conjunta (Anahí)

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Dominaba ola tras ola junto a mi tabla azul prusia. La rutina había comenzado recién y cada una de mis maniobras las había realizado con gran exquisitez. Sin embargo, la calidad en mis gestos comenzó a fluctuar al tiempo que se empañó mi visión.

Era el peor momento para sentirme mareada, ya que estaba a punto de realizar el tan arriesgado Tubo. No obstante, minutos atrás mi estado físico no era el óptimo y aun así decidí entrar al agua. Había tomado una de las bebidas reservadas solo para competidores y después de eso, todo fue cambiando: mi energía se debilitó, cayó una repentina pesadez en mis parpados, disimulé un el leve mareo; todo para no aplazar mi turno.

Ahora esa terquedad pasa factura de mi irresponsabilidad, manifestándose como una especie de efecto bumerán. El malestar atormenta mis sentidos, pierdo la referencia y mis pies abandonan la tabla. Por ende, quedo inerte bajo las olas. Mientras soy aplastada por ellas, alguien tripula una Acuamot (tecnología de Hill), para rescatarme jalándome por la cintura. Veo una luz, o eso creo, antes de desmayarme.

Con todo, era muy parecida a los rayos de sol que atravesaron mi ventana en la mañana. Cuando fantaseaba, con una vida mejor que la que tengo, sonó la alarma hormiguitas y me golpeé la cabeza con el techo de la litera cuando cogí impulso para salir de la cama. Ainhara se rio en mí después de recordarme que odia ese lema nuestro. Como si yo lo olvidase. De modo que así, iniciamos el día. Recogimos los objetos del baño y nos fuimos a hacer fila. Luego, a pesar de no poder disfrutar de una ducha a mis anchas, conseguí relajarme. Cabe destacar que estaba de muy buen ánimo. E incluso, tiempo después peiné con dos trenzas a mi amiga a pesar de sus quejas por los jalones de moños. Tenía el resto del día planeado: 1) asistiría a la Cuarta Ronda de Competencias del Torneo Popular de Surfistas Aficionados con mi mejor amiga 2) tendría una rutina excelente, mejor que Megumi (debo destacar que estaba más segura tras haber comprobado que la chica se encontraría en desventaja) y 3) quedaría seleccionada para la Quinta y última Ronda de Competencias del TPSA.

— ¿Qué tanto piensas?

Se interesó mi compañera.

— Tonterías. Imaginaba como me quedaría en el pecho la medalla de Campeona de los TPSA.

Ofrecí una sonrisa a modo de disculpas y ella replicó:

— Sí, eres muy tonta, pero estoy segura de que esa medalla está echa a tu medida.

— Gracias. Significa mucho que me acompañes. Tú sabes que tienes un lugar de honor en los momentos importantes de mi vida.

— Por supuesto, lo sé y estoy encantada con ello, pero...

— Hablamos sobre ir juntas lo recuerdas, ¿verdad?

— Sí, pero tengo un compromiso antes. Dime cuándo tengo que estar allí y te prometo llegar a tiempo para tu rutina.

— Ainhara, sabes desde la Ronda Cero todos los horarios de las competencias. Has leído los folletos, asistido a las otras Rondas.

— Vale, vale, lo capto.

— ¿Entonces? –discutí– ¿Qué ocurre esta vez? ¿Qué...? Ken –abrevié para mí y no lo negó–. Olvídalo.

Fue mi última palabra antes de alejarme.

— Anahí, ven... para de caminar... oye, ¡escúchame!

Pedía detrás mío hasta coincidir en un punto del pasillo cercano a las escaleras.

— Ken y yo nos reuniremos un rato, tú sabes... cosas nuestras –gesticuló sonriente un ¡Je! Pero no sonreí–. Prometo estar ahí para tu turno, te veré competir.

Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©Where stories live. Discover now