4_Partícipe (Amir)

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Una buena vida no es siempre sinónimo de felicidad. Cabe la posibilidad de que finjamos lo contrario y aun así la secuela del vacío permanecerá en nosotros como una especie de alarma interna. O como un caparazón apto para esconder la verdad, por lo tanto, cuando creemos dejar atrás el vacío, entonces regresa.

Desde que nací, mi vida, mi educación, todo ha sido estable. Tuve los mejores cumpleaños, asistí a las más privadas celebraciones, a pesar de que en nuestra Era no hay diferencia de clases la realidad difiere de esa utopía, pero al menos nadie mendiga, ni muere por falta de recursos. Sin embrago, la posición que ostento se halla en la cima de la pirámide social, al menos en esta época: donde las Familias Pilares hace años que se extinguieron y los Regentes dominan las Penínsulas. Tan solo por ser hijo de Carlo Balezcose ostento el título de futuro «Intelectual de Hill». Por ahora no ha sido necesario que asuma el cargo porque papá mantiene activa su posición dentro del puesto. Aunque parezca lo contrario, ya que nunca sale de casa, ni posee enfermedades que lo limiten de hacerlo. Más bien es su elección.

Por otro lado, mi madre es la «Experta de Hill». Su cargo es el segundo más importante después de los Regentes, sin embargo, todos saben que la estadía de los Regentes no será eterna en ninguna de las tres Penínsulas. De modo que, gracias al nepotismo, tengo reservado un lugar dentro de la «Élite Gubernamental» y a consecuencia de ello asistí a la escuela de mi casa. Institutrices de Hill y Eglossa moldearon la educación que siempre supervisaron mis padres. Tenía horarios para jugar o recrearme, así como para leer, ver cintas de clásicos antiguos salvaguardadas a pesar de la guerra y ni hablar de la dieta. Era estricta; tanto que mi chef personal era el mismo que el de mamá. Por lo cual, tengo gustos similares a los de ella.

Los institutrices, a cada rato se marchaban de mi vida, razón por la que no alcanzaba a tener una buena relación con ellos. Sin embargo, a los ocho años conocí a la constante de mi vida: Damián Yoon. Él fue, y es, quien altera la monótona vida que llevo: basada en estudio, lectura, aprendizaje y baloncesto. Por ende, mi existencia es más placentera gracias a él pero nunca lo sabrá porque entonces aumentaría su ego. No obstante, él sabe que es como un hermano y valora lo que esa palabra significa para mí. Pues, luego de estos doce años transcurridos, no he olvidado mi quinto cumpleaños.

Ese día en que me arrebataron a Anahí, mi hermana mayor: la niña que alegraba mis días y me convertía en rebelde. A su lado dejaba de ser el pequeño y lindo Amir de etiqueta, cuyo objetivo era agradar a toda la Élite. Por tal razón, cuando la perdí una parte mía se fue con ella a ese lugar desconocido.

Varias semanas estuve yendo a nuestro refugio porque la ingenuidad me hacía creer que ella volvería por ese sitio. Gracias a mi madre aprendí que los desaparecidos no vuelven y aún más si están muertos. Entonces le hice una sepultura en la casa olvidada, la cual nunca nadie ha visto. Además, cuando se hace de noche en cada uno de mis cumpleaños la visito ahí como si fuera un cementerio, para hablar con la nada, mirar sus juguetes y acariciar sus recuerdos. Como una especie de sello, acabo acostándome en la camita y después regreso a mi vida sintiendo un poco menos densa su ausencia en ella.

— ¿Amir? ¿Estás bien? –siento la mano de Astrid sobre mi hombro obligándome a voltear.

— Claro –digo y sonrío en el acto.

Por reflejo ella devuelve el gesto, junta la punta de sus dedos y habla de nuevo.

— Precisaba comunicarte que en breve será el baile de iniciación. Nuestros padres desean que abramos tú y yo.

— De acuerdo.

Tras apartarme del cómodo asiento, le ofrezco mi mano mientras esperamos el momento. Damos un paseo por la estancia entre saludos y elogios que no mueven nada dentro de mí. Resulta que estar acostumbrado a verme como otras personas esperan que me vea, por momentos aburre como si fuera una extensa actuación. Muchos celebran el vestido blanco de Astrid, que tan parecida a mí, ofrece buena conversación. Es bien sabido que ambos somos afines, supongo que será el resultado de haber tenido los mismos tutores, o algo así... porque con su hermano no tuvieron el mismo resultado.

Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora