Capítulo 33: ¿No me vais a ofrecer una copa?

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-Nunca preguntaste.

Nunca llamaste. 

Aunque no quería (o quizá sí) que sonase como un reproche, lo hizo. A su lado, Jiang FengMian suspiró. Si tenía algo que decir al respecto de Lan XiChen (Lan Huan), prefirió callar.

-¿Sabes? Oigo a diario la Sonrisa del Emperador. -Comentó el hombre, ganándose una mirada sorprendida por parte de su hijo. ¿La primera conversación con su padre en años y todavía no se habían gritado/enzarzado en una espiral constante de pullas pasivo-agresivas/espetado la decepción que eran? Era bastante alucinante, la verdad-. Estáis haciendo un gran trabajo.

-¿Estáis? -Cuestionó incrédulo Jiang WanYin, como si no creyese que su padre lo estuviese incluyendo a él también en esa afirmación.

-Sí, los tres. -Le confirmó con una media sonrisa tan tensa como culpable. Cualquiera notaría la inseguridad de su hijo, y él no era la excepción por mucho que intentara hacerse el tonto en la mayoría de ocasiones. Por supuesto, también era capaz de ver quién tenía la culpa de esa inseguridad-. Tu hermano y tú, por supuesto. Y ese chico... el otro chaval que presenta con vosotros. Nunca recordaré su nombre...

-Es Nie HuaiSang, papá. -Bufó el presentador con algo parecido a la diversión, un rastro lejano plagado de inseguridad-. Si es amigo nuestro desde secundaria.

-Es cierto, perdona. -Se disculpó Jiang FengMian, antes de suspirar. Percibía la tensión en el ambiente, sí, pero también la sentía deshacerse poco a poco. La conversación seguía siendo torpe, pero era lo máximo que habían hablado desde que el locutor estaba en el instituto. Quizá desde antes-. ¿Cómo te fue en Francia? Me enteré de que sacaste el máster sin problemas.

La expresión de Jiang WanYin se congeló en su rostro. Había tantas cosas de esos años perdidos que quería contarle, tantas cosas de las que habría querido hablar con él... De pronto se le presentaba la oportunidad que nunca tuvo, pero ya no estaba seguro de poder tomarla. ¿Cómo lo haría? Sentía que ese hombre era su padre, sí, y al mismo tiempo le resultaba tan ajeno como un desconocido. Nunca estuvo para él, nunca se preocupó. ¿Y ahora quería hablar? Peor incluso, ahora apelaba a su deseo de querer hablar, a su deseo desesperado por una figura paterna que lo apoyase. Aunque una parte de él se alegraba, había otra —la incrédula, la desengañada, la decepcionada— que comenzaba a sentirse furiosa. Frunció el ceño y retiró la mirada. Las manos le seguían temblando. Jiang FengMian supo ahí que había dado con un muro y suspiró desanimado, tirando la toalla antes siquiera de intentarlo.

Si alguno de los dos iba a decir algo, no pudieron. El llanto a voz en grito de un bebé les interrumpió. A-Yuan ya se estaba quedando dormido —de hecho Lan WangJi acababa de hacerse cargo de su hijo, y menos mal, porque si no los berridos lo habrían despertado— pero no era el caso del pequeño Jin Ling. Su padre lo había cogido en brazos. Debió haber hecho sin querer algo que no le había gustado, como quitarle el peluche. De inmediato el niño empezó a chillar ante la atónita mirada de Jin ZiXuan, Lan XiChen y la señora Lan. Jiang WanYin se levantó de un salto de su asiento, como si respondiese a alguna clase de impulso inexplicable, una adoración o un vínculo compartido entre dimensiones. Se dirigió a ellos sin darse cuenta de que Jiang FengMian lo seguía de cerca.

-¿Qué ha pasado?

-¿Y yo qué sé? -Protestó Jin ZiXuan, en el fondo aliviado por verle llegar hasta ellos, porque ni podía ni quería ignorar el efecto que su cuñado tenía en su hijo, menos aún cuando lo necesitaba tanto-. Hace esto siempre. Jiang Cheng, por favor, échame un cable.

-Recuérdame desde cuándo estoy casado contigo. -Le bufó el locutor justo antes de coger a su sobrino en brazos y mecerlo con cuidado.

-Desde que A-Li no está. No sé qué tenéis, pero A-Ling solo se calma con vosotros.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Where stories live. Discover now