Capítulo 31: Vamos por partes, por favor

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Un aliado más siempre es gratificante, sobre todo viendo lo importante que parecía su aprobación para WangJi.

-Así que un niño con Wei Ying. -Comenzó Lan QiRen cruzado de brazos y con el ceño fruncido-. ¿Tú lo sabías, A-Huan?

Lan XiChen notó cómo su hermano lo buscaba discretamente con la mirada. Quiso reír al identificar el sentimiento en los ojos del Lan más joven. Decía algo así como: puedes contar la verdad, pero no nos delates mucho. No era la primera vez que lo veía, pero siempre se le hacía encantador que su hermanito intentase obtener una complicidad que ya tenía de antemano.

-Conocimos a A-Yuan antes. A Jiang Cheng le gusta llegar pronto, ya sabéis. -Habló con habilidad, mintiendo sin mentir en realidad. La mirada dorada de Lan WangJi se llenó de gratitud una vez más. Al otro lado, el gesto de su tío se torció un poco más ante la mención del locutor-. Habéis querido que sea una gran sorpresa, ¿verdad, A-Zhan?

-Mn. Fue idea de Wei Ying.

-Cómo no. Es un liante. -Gruñó Lan QiRen. El segundo jade se apresuró a completar su frase para corregir a su tío.

-Y mía. Creímos que sería bonito.

Lan QiRen alzó una ceja casi como si no se lo creyera. A su lado, el padre de los dos jades esbozó una pequeña sonrisa. Diminuta, casi invisible, pero ahí estaba, existía. Lan XiChen no daba crédito. En los casi veinte años que había pasado con su padre vivo, jamás lo había visto sonreír. Jamás. La diferencia de circunstancias personales y globales le demostraba una vez más que podía hacer maravillas en las personas.

-Lo es. -Concedió, para desgracia de Lan QiRen, que nunca lograba tener a su hermano de su lado-. Tu madre está encantada. Y parece un buen niño.

-Es un niño maravilloso. -Al pobre Lan XiChen se le adelantó la lengua al cerebro. Quería tanto a Lan SiZhui y estaba tan orgulloso de él como tío, como maestro y como líder de secta que no podía evitar alardear de sobrino, incluso cuando allí solo era un retaco de dos años que todavía tiene dificultades con algunas consonantes-. Además estoy seguro de que haréis un gran trabajo como padres. Y ya sabes que puedes contar conmigo para lo que necesites, A-Zhan.

-Gracias, hermano.

Aunque no sonreía —no al menos de forma visible— el cultivador sabía que su hermanito era genuinamente feliz. Le brillaban los ojos y cada dos por tres miraba en dirección de su hijo y su novio, que seguían jugando y charlando con Jiang YanLi y A-Ling. Su madre, inquieta como solo ella era, había cambiado de grupo y se había puesto a conversar con Jin ZiXuan y Jiang WanYin. El Jin y la mujer reían de algo mientras que su pobre compañero parecía avergonzado de muerte. Se cubría media cara con una mano y estaba rojo, quién sabe por qué. Lan XiChen quiso reír al contemplarle. Se preguntaba si la madre que él había conocido y su Jiang WanYin también habrían podido tener una relación tan cordial como la de esos dos. Le habría encantado descubrirlo.

-Buena suerte criando al chiquillo. -Casi bufó Lan QiRen-. Esperemos que cuando a Wei Ying se le pase el capricho y descubra lo difícil que es ser padre siga tan emocionado como ahora.

-Tío...

El primer jade frunció el ceño, dispuesto a replicar por su hermano, pero no pudo. Las puertas se abrieron por tercera y última vez, atrayendo todas las miradas de la sala. Jiang WanYin se puso pálido tan pronto como las escuchó, porque ya no quedaban más posibilidades, y hasta el propio Lan XiChen sintió un repentino tirón en el estómago.

Acababan de llegar.

Aunque de Jiang FengMian y Yu ZiYuan solo tenía contados recuerdos de cazas nocturnas y Conferencias de Discusión que sucedieron durante su más temprana juventud, podía decir con total seguridad que no habían cambiado ni un ápice desde la última vez que los vio. Ni siquiera parecían haber envejecido. La pareja entró al restaurante con ese halo de elegancia y fuerza innata que emanaba de cada cultivador del Muelle del Loto, ya fuese el antiguo o el actual. Ataviados con un traje y un vestido negros de alta costura, contrastaban radicalmente con su propia familia. El aura arrogante de la tercera dama Yu que era capaz de extenderse hasta su marido se volvía también una marca distintiva del clan. El orgullo Jiang siempre estuvo ahí, mucho más digno que la extravagancia de los Jin o que la tiranía de los Wen, paralelo a la fuerza de los Nie y complementario a la justicia de su propio linaje. El universo poco importaba si la esencia era la misma, y Lan XiChen pudo comprobarlo. Aunque... hasta cierto punto contradecía sus observaciones anteriores y todo lo que pudiera haber llegado a pensar.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Where stories live. Discover now