Capítulo 29: El don de la oportunidad no es lo nuestro

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-Cierra la boca o te entrarán moscas. -Le riñó Jiang WanYin, apretando de nuevo su mano mientras pasaban al salón principal. El restaurante estaba vacío, o eran los primeros en llegar o la fiesta se había acabado ya. Ambos desearían que fuese la segunda opción, pero no iban a tener esa suerte-. Ni que fuera la primera vez que vienes.

-Yo...

-¡A-Cheng! ¡A-Huan!

Al fondo de la sala había una puerta. De ella salió una muchacha vivaz, de mirada alegre y rasgos suaves. Jiang YanLi, tan carismática como la recordaba. Tras ella venía Jin ZiXuan, tan vivo y sano como todos los demás y sin ninguna clase de puño cadavérico atravesándole el abdomen por accidente. Llevaba a un inquieto bebé en brazos: Jin RuLan.

Ojalá esto fuera así también allí, pensó para sus adentros al ver a la feliz familia unida y sana.

-A-Jie, hola. ¿Cómo estáis? 

Nada más ver a su hermana, una sincera sonrisa se extendió por el rostro del joven locutor. A Lan XiChen se le estrujó el corazón en algo extraño que mezclaba la compasión, el alivio y la envidia. El Jiang WanYin que él conocía probablemente nunca fuese capaz de sonreír así otra vez, si es que en algún momento pudo, pero se propuso intentar conseguirlo, darle razones para ser feliz a su lado. Ni siquiera sabía que, si alguien podía lograrlo, era él.

El presentador de radio soltó la mano de su novio solo para abrazar a Jiang YanLi. Encantada, la chef correspondió al abrazo. Después fue a saludarle a él, mientras Jiang WanYin intercambiaba un par de palabras con Jin ZiXuan. En un abrir y cerrar de ojos, Jin RuLan estaba en los brazos de su tío favorito por excelencia. Lan XiChen no pudo evitar contagiarse con la ternura de tal escena.

-Genial, muy emocionados con todo esto. ¿Y vosotros? -Preguntó ella en respuesta mientras se acercaba para abrazarle como si aquello fuera lo más normal del mundo. Lan XiChen correspondió al gesto de la que en aquel mundo era su cuñada, escandalizado por dentro pero tratando de mantener las formas por fuera-. Hola, A-Huan. Hace mil años que no te veo, ¿qué tal?

-De maravilla, gracias. -Contestó, saludando con la cabeza a un cordial Jin ZiXuan. No tardaron en formar un grupito cerca de la gran mesa central, la única preparada para aquella cena tan especial. Se hizo a la idea de que tendría que tratarlos con la misma normalidad con la que le trataban a él y eso le causaba sudores fríos. Para alguien como el primer jade de Gusu Lan era más difícil que enfrentarse a una horda de cadáveres furiosos, pero al menos actuar no se le daba del todo mal. Y por suerte el que había acabado en esa situación era él y no su hermano, o le habrían pillado a los dos minutos-. ¿Cómo está A-Ling?

-Compruébalo tú mismo. -Comentó Jiang WanYin, enseñándole al bebé. El niño no paraba de alzar las manitas en dirección a su tío, como si quisiera tirarle del pelo o tocarle la cara o quitarle las gafas.

-Está hecho un diablillo, os lo juro. -Habló Jin ZiXuan con una sonrisa mientras pasaba un brazo alrededor de la cintura de su esposa-. No sé a quién ha salido.

-Yo creo que ha salido a A-Cheng. -Rio ella-. De bebé era igual que A-Ling. ¿Te he enseñado fotos, A-Huan?

-Creo que no he tenido ese placer.

Algo bueno podría salir de esa situación, por lo menos.

(Gracias, Lan Huan, por apuntar en la nota del móvil términos tan útiles como la palabra foto. Era algo que Lan XiChen de verdad necesitaba, aunque no lo supiera.)

-¡A-Jie! ¡Lan Huan! -Exclamó un indignado Jiang WanYin. Si no gritó fue solo para no molestar a su pobre sobrinito, que no tenía culpa de nada-. ¡No te atrevas! Y que conste que sois unos exagerados. No nos parecemos tanto.

Between  [XiCheng] [Mo Dao Zu Shi Fanfic]Where stories live. Discover now