Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©

23_De Luto y Una Nota (Ainhara)

— No estás sola, estamos aquí, contigo. Ya todo acabó.

Si bien cabeceo para darle a entender que sí; que tiene razón con su afirmación, a la verdad no comparto su razonamiento. Muy en mi interior no creo que nada haya acabado, al contrario: tengo el pálpito de que recién comienza. Y no habrá paz hasta que no se termine.

Damián también me saluda consiguiendo que me resulte sorpresivo dicho apoyo de su parte, aunque también me alegra. Enseguida presento a los amigos con Ryan y Jimena para en cuestión de segundos planificar el viaje al cementerio.

Gracias a que contamos con dos autos disponibles la comitiva se dispersará en ambos vehículos. Uno encabezado por Jimena al volante en el auto de Amir. Pues mi novio movido en ocasiones por la rebeldía conduce pese a que no tiene licencia. Lo cual es entendible al menos para mí, ya que si tuviera un auto como el suyo no lo dejaría estacionado en el garaje. Con nosotros se vendrán además Ryan y Anahí, entretanto junto a Damián irá Ken como guía del conductor. Ankara y Megumi irán con ellos dos.

En consecuencia, damos el viaje según lo previsto. Cuando llegamos, el cementerio está envuelto entre nubarrones que hacen de este día una experiencia más tétrica. Sin embargo, Amir rodea mi cintura, por lo cual me siento serena. El luto resulta más llevadero porque su presencia me reconforta.

Nos vamos acercando a la multitud que despedirá a los fallecidos. Mientras que, bajo nuestros pies crujen las ramas débiles de los árboles. Esas que por causa del viendo se rompieron y cayeron. Dicho sonido destaca a causa de las pisadas de mis botas y lo tomo para distraerme. O eso pretendo. Pues estoy en ese punto de la mente donde no logro detener algunos de los pensamientos que la invaden.

Medito si existe la posibilidad de que esto acabe aquí. Quiero que sí, pero creo que no.

¿Qué tal si hay algo más detrás de todo? Sí es así, las personas que quiero estarán en peligro: Anahí, Lara y Ken. Se me aflojan las piernas de solo imaginarlo. De pensar que mi burbuja de nuevo esté en alerta de estallar. Por tanto, ubico con la vista a mis amigos dentro del gentío. Tan solo unos pasos delante de mí, Ken acompaña a Megumi con una frialdad impropia en él, pues caminan separados como dos extraños. Anahí va de la mano con Ryan cerca de mí y Ankara de alguna manera queda cerca de Damián, tomándolo como apoyo.

La ceremonia comienza despidiéndolos de mayor a menor; primero Rodolf (el guardia de seguridad) del cual se diría que estuvo en el lugar y momento equivocado, pero no es así. Rodolf cumplía con su trabajo. Después fue el turno de Celeste, y tras ella, Claudia. Era dos años menor que yo, pero le conocía de la Coztah y del surf cuando visitaba a mi amiga.

Por último, despedimos a Yusuyi (la niña que balacearon en el segundo piso). Tenía ocho años nada más. Dos metros a mi derecha Megumi hipa en medio de su llanto, mientras Ken la abraza. La niña era su nueva compañera de habitación. Con Yusuyi, Megumi había compartido todo este tiempo desde que se separó del dormitorio de Ankara, así que ambas parecían haberse acostumbrado una a la presencia de la otra. Y una pérdida así de repentina hace que nos quebremos sin que sea posible recomponernos jamás.

Por ende, entiendo su dolor, lo siento por ella. A la par me digo que por primera vez soy capaz de ponerme en la piel de Megumi, pues si llegase a perder a Anahí, no sé qué sería de mí. Es por ello por lo que luego del entierro intento buscarla para hablar.

No quiero estar enojada con ella, ni que ella lo esté conmigo.

— ¿Dónde está Anahí?

Pregunto a Damián porque estaba más cerca de ella, no obstante, es Amir quien responde cuando vamos de camino al parqueo.

— Se han quedado atrás. Anda entra.

Amir nunca me corta cuando voy a hablar. Sin embargo, ahora lo hace al no darme elección y enviarme dentro del auto. Desde el asiento del copiloto veo a Damián acercársele.