Capítulo 69

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                    HAYDEN

—¡Y si el cielo está en mi contra, destruiré el cielo!

Mi padre pateó la silla de madera, atravesó el círculo dándome justo en el estómago.

Respiré con mucha dificultad, dolió como la mierda. A penas me entraba aire.

Tosi con dolor.
—Un gran padre.-murmuré.

Miguel caminó por la habitación. Rodeó el círculo brillante y pasó una de sus manos. No se quemó, ni gritó de dolor.

Me quedé quieta, creyendo muy en el fondo que si no hacía movimientos bruscos mi cabeza seguiría en su lugar.

Por minutos olvidé con quién hablaba, quién realmente era la persona que se paseaba por la habitación que era mía... Y de mí ex esposo.

Astaryam.

Su nombre eran como espinas enrollando mi corazón. Apretándolo. Estrujándolo.

Recordarlo a él era sangrar por la herida abierta, una que jamás cerraba no importaba cuánto hiciera. Y es que hay personas que rompen todo a su paso pero aún así sigues amandolas ¿quién era el loco yo o él?

—¿Crees que no podría entrar ahí y darte un puñetazo en el estómago? Puedes ser una hija de puta con todos los que quieras, golpearlos a todos, manipularlos a tu antojo pero conmigo vas a tener respeto. Soy tu jodido padre y si yo digo que el cielo, nuestra casa es intocable...-enfatizó.
—No se habla más, tú obedeces. Te he aguantado mucho estos años, porque te amo con mi alma pero no voy a tener a una hija que osa faltarle el respeto al cielo, ¿entendido?

Asentí suavemente.
—Sí, padre.

Él me dio la espalda para mirar por la ventana. Había un atardecer rojizo y hermoso, habían pasado semanas desde que salí. Escuchaba la lluvia. Tormentas usadas a mi favor, días nublados con agonía.

Ya no aguantaba más aquí.

Era una prisión.

—Pero si estás aquí debe ser porque te preocupo ¿no es así? Para ser honestos esta situación es tu culpa, me quitaste a mí esposo y luego detonaste esta mierda en mí... Eso no es ser un papá muy responsable. Astaryam me dejó porque le quitaste las piernas en un arrebato de celos, si eso no hubiera pasado él seguiría conmigo.

Un segundo.

Sólo uno.

Y él entró al círculo, agarró mi cara con una mano y apretó tan fuerte que mis dientes crugieron.

—Hayden.–dijo de forma fría. Sentí como esas palabras me congelaban los músculos de todo el cuerpo, mí padre sólo me decía así cuando toda la mierda salía a flote. Cuando su cariño de padre se escondía en ese pecho lleno de orgullo. Me llamaba así cuando no me veía como su hija, si no como...una más en el mundo. Y eso era un saco de huesos que debía exterminar.
—¡Hayden!–me zamarreó

Fijé mi vista en sus ojos azules. Su mandíbula se hizo una línea tensa.
—Nunca en la puta mierda de vida, te debes sentir culpable por personas que eligieron abandonarte. Él se iría tarde o temprano ¿sabes porqué?

Mí cuerpo tembló. Recordé malos momentos en el cielo.

Recordé no a ese padre amoroso. Si no al arcángel soldado que me crió.

Ése que me hacía llorar de la ira cada vez que intentaba hacerme más fuerte.

El gran arcángel miguel que quiso hacer de su único pecado el mejor de todos.

ASTARYAM. [EDITANDO]Where stories live. Discover now