FINAL (1/2)

55 10 0
                                    


Completaste tu misión, Hayden. No obstante, hay alguien con el que debes hablar. Tú espíritu necesita perdonar.

Los ojos rojizos del ángel caído, se clavaron en el rostro pálido del ángel más pequeño.

Él no había podido completar su misión y había sido echado del cielo por aquello.

Le quitaron todo, su gracia, su fé, su gentileza.

Y a ella, a ese pecado con alas...no era justo, Hayden no tenía comparación con él.

Había sido la estrella más brillante, el progenitor, el mayor de todos los angeles, el "más" de todos. Y aún así no le habían dado una segunda oportunidad, en cambio a esa pequeña mujer, le dieron siglos para que tomara el rumbo adecuado.

—¿Qué hay de mí?- golpeó la mesa, haciendo que la madera se partiera a la mitad.
—¡No tuve una segunda oportunidad, yo era execelente, perfecto en todos los sentidos, y no obtuve perdón alguno del que con sus manos me creó! ¡Mí verdadero padre da compasión a otros y no a su hijo! Me quitaste todo...-tragó saliva, controlando su respiración agitada.—Me tiraste a un pozo lleno con fuego y me condenaste ¿Ahora deseas quitarme a mí propio hijo, sólo para complacer el capricho de la hija de alguien más? ¡Ya fue suficiente! ¡No voy a aguantar más! ¿Por que no acabas con esto y me matas de una vez?

Miguel respiró hondo, le dolía la decisión de su Dios porque también había pasado por sobre él al oír sólo a su hija, y no sus súplicas para traerla devuelta.
—Te quitaste todos los atributos de los que gozabas, por mano propia, nadie jamás te irrespetó cómo tú lo haces con Padre.

Te di tiempo, lucifer. No olvides nunca que retrasé tu misión tras ver que te rehusabas a ir por el camino correcto. En tu corazón vi raíces de envidia, avaricia, maldad, y aún así escogí darte tiempo. Hayden se guió por el compañero equivocado pero jamás la vi dejar la fé, cada noche oía sus rezos, pidiendo por el alma maldita de quién amaba y por su salvación en los días finales. Un ángel que pide piedad por quienes no la tienen con ella, merece todo el amor que suplica para otros.

El ser de oscuridad, quien hace un tiempo habia sido el amor latente de un espíritu perfecto... cerró sus ojos por unos segundos. Dejar a Astaryam no se le hacía tan difícil, pero verlo huir para hacer feliz a quien parecía estar más cerca de Dios, lo volvía loco.

—Astaryam jamás lo perdonará...–comenzó diciendo suavemente la voz pasiva de Hayden.—...Pero quiero que sepa que yo si le doy mí perdón. Sé que no le importo, también sé que me aborrece con todo el rastro de vida que posee en su cuerpo. Pero gracias a usted yo finalmente tuve la capacidad para expresar y poner en palabras el amor por otro ser viviente. Lo perdono porque creó a mí alma favorita.

Astaryam se giró a mirar a su padre, su rostro se volvió un poema de amor que tenía como título el nombre de su amada Hayden.

Ése demonio tenía generaciones enteras en el cuerpo, siglos de descanso, millones de años de guerras. Y aún con todo grabado en esa carne, lo único que le encendía el pecho era la manera en que ella siempre hallaba la forma de sorprenderlo con su hermoso corazón.

—Suéltame ya, padre. Debo ir.

El hombre que lo creó tragó saliva de forma pesada, tenía un nudo que era imposible de quitar.
—Te creé inmune a las invocaciones, ataduras, no hay ningún pasaje de la biblia que te produzca ni un dolor de cabeza. No hay poder que te haga marcharte de un lugar ¡Yo con éstas manos te creé a mí semejanza! ¡Maldito animal, te hice perfecto! ¡Me rajé las venas para darte de mí sangre! ¿Cómo es posible que te dobles como plastilina ante su precensia? ¿En qué fallé? ¿Qué es lo que me faltó por hacerte el mejor?

ASTARYAM. [EDITANDO]Where stories live. Discover now