18_Khopalka (Amir)

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Cada mañana una voz interior me llama egoísta por jugar con Astrid y Ainhara.

Entonces, salgo en mi defensa: no estoy jugando con nadie –afirmo–. Astrid es un deber, el escalón ascendente para hacer lo correcto; Ainhara –estoy seguro– será siempre el amor de mi vida. O tal vez aún es muy pronto para ello, sin embargo, ahora así lo siento. Mientras que, si he de casarme con Astrid, lo haré; pero antes voy a amar.

Cuando pasen los años y recuerde mi juventud, esta visión será la que recuerde: Ainhara trotando para saltar y rodearme la cintura con sus piernas. Tendrá una sonrisa dibujada en sus labios sin maquillaje, así como la cicatriz al descubierto a consecuencia de tanta alegría. Sus brazos me rodearán el cuello y la besaré una vez más en el recuerdo del ahora.

— Buenos días, novia –saludo.

Con elegancia Ainhara desenlaza sus piernas y retoma la postura de pie.

— Buenos días. Ella es Anahí, mi mejor amiga.

Se refiere a la chica rubia que vi un par de veces cuando visité a Ainhara en su colegio. Siempre creí que se trataba de una tímida compañera. Me equivoqué. No obstante, un poco rara sí resulta ser por la forma en que se me queda viendo. Pareciera que busca algo en mi interior, una pista, no lo tengo muy claro.

Se da por vencida.

— Hola –comenta al fin.

— Mucho gusto.

— Él es Kenneth –Ainhara toma del antebrazo a un chico de cabellos largos.

— ¿Los tres son mejores amigos? ¿No es eso un poco raro? ¿Se turnan o...? – Damián interviene con su tono socarrón, incapaz de permanecer en el anonimato.

Gracias a una mirada de Mart cierra la boca.

— Pues sí, y no tiene nada de raro. Anahí es mi mejor amiga mujer y Ken lo mismo, pero en versión masculina... y más divertido.

¿Cómo? ¿Cuánto de divertido?

Damián me lanza una mirada que no quiero descifrar.

— ¡Eh! –rechista la aludida, aunque no parece molesta.

Me fijo en su sonrisa y no solo el nombre me recuerda a mi hermana, sino también dicho gesto. Con todo mi Anahí está muerta. Lo he asumido tan bien como para no cometer el error de querer encontrarla en alguien más.

Por ende, aparto la vista de la chica rubia de tez bronceada.

— Y tú eres Damián, el que ideó todo esto –afirma mi novia.

— Así es. Perdona que te lo diga, pero mi amigo aquí presente es un soso.

El pelilargo se ríe; a Damián le propino una colleja. No obstante, él la pasa por alto y se interesa en presentar a Mart. Algo que para variar me alegra el rato ya que la risita del Kenneth me enojó un poco la verdad.

Casi emprendemos la marcha hacia la camioneta cuando Damián vuelve a hablar:

— Wow, espera, ¿no presentarás a tu otra amiga? –curiosea con razón, pues todos eludieron a la pelirroja que cierra la comitiva de Ainhara.

— Ella no es mi amiga.

Lo dicho me hace cuestionarme el porqué de su presencia, entonces Anahí es quién habla.

— Esta es Ankara, compañera del orfanato.

Quien primero sube a la parte trasera de la camioneta resulta ser la nombrada. De su mochila toma una gorra blanca y para cuando la vuelvo a ver, tiene su cabellera de fuego recogida. Es obvio que Kenneth la acompañaría porque ese es su lugar, ya que Damián manejará con Mart de copiloto y yo iré detrás con mi novia al lado izquierdo y su amiga en el derecho.

Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora