13_Volver (Ainhara)

404 242 93
                                    

El agua fría me incomoda al primer contacto, no obstante, después de un tiempo amo su temperatura. Una vez prolongo el duchazo, me obligo a salir: recojo los rizos mojados y tomo el albornoz gris que lleva años conmigo. Luego –como es costumbre–, opaco una parte del espejo para escribirle un mensaje: «Buenos días hoy mamá». Termino borrándolo al santiamén ya que este baño no es personal. Entonces prosigo a lavarme los dientes.

Medito en que mis recuerdos no me persiguen como los terrores de Anahí; mis terrores están en mi piel, de tal forma que, aunque quiera, no puedo huir de ellos. Una vez pienso en esto, apresuro mi aseo matutino. ¿Por qué razón? Simple: hoy tengo una pequeña misión, para la cual me es imprescindible llegar temprano al colegio, sola. Desde la actividad de ayer con las amistades de Ryan, está en las nubes. Eso me alegra: por ella y porque perfecciona mis planes. De modo que logro mi meta.

De antemano sabía que se encontraba sola en el salón por lo que sin mucho rodeo entro y descargo la mochila sobre el pupitre situado frente al suyo. Recuesto el cuerpo al asiento y espero a que note mi presencia (reacción inmediata).

— ¿Qué quieres? –dice dirigiéndome la mirada de: estoy-harta-de-ti.

— Debe ser horrible ¿no? Digo...

Hablo de la manera más indiferente y natural que me sale, con todo, ella no parece entender hasta que termino la frase.

— no recordar nada.

— ¿Qué carajos? ¿Intentas provocarme? –comienza a subir la guardia. Esto va dando resultado.

— No cariño, nada de eso –pincho ofendiéndome con mano al pecho–. Solo intento comprender, ya sabes, te has pasado todos estos años provocándonos a mí y a Anahí, acusándonos o diciéndonos locas, trastornadas, lloronas, las muñecas rotas, y más. Ahora...

La interpretación acaba. Todo lo he preparado para que sufra en pocos minutos, lo que nosotras en años.

— No recuerdas tu pasado y por eso tienes sesiones a escondidas con Jimena para que nadie se entere, ¡y mira quién se ha enterado! Tu secreto ya no es tan íntimo –aclaro– y sí, quiero comprender. Por eso te decía que debe ser horrible. Supongo que al no recordar a tus padres tampoco recuerdes si te querían, ¿estarían juntos o divorciados, ¿tú qué crees? Oh, oh, ¿te habrán abandonado? –chasqueo la lengua– Seguro dijeron: esta niña va a ser un problema; nos deshacemos de ella mejor. ¿Tendrían más hijos? ¿Qué te pasó para...?

— ¡Cállate! –explota al golpear con estrépito su pupitre.

Se eleva en tanto el crudo eco retumba en la habitación, al tiempo que la infranqueable pelirroja se derrumba ante mis ojos. Encaro esos ojos llorosos por encima del pupitre, manteniendo nuestros rostros cerca.

— Escúchame bien –advierto–. En la vida, volverás a hacer algo a mí amiga o a mí porque si nos molestas de nuevo, Musa entera sabrá que ni tú sabes quién eres; si una recogida, una bastarda, o hija de unos indigentes que te votaron porque fuiste un error.

— Cállate ya –impone en tono bajo que paso por alto.

— O ¿por qué no? fuiste de una buena familia a la que manchaste o deshonraste con tu llegada. Piénsalo, puede haber muchas opciones; quédate con la que más te guste. Al menos yo conocí el amor de una madre y hasta cierto punto el de un padre. Anahí tiene su familia, quizá estén aún vivos, ella puede volver y aclarar las cosas, pero tú. ¿Qué vas a aclarar? Dime. ¿A quién buscarás, si no sabes ni quien te engendró?

Alguna vez pensé que jamás viviría el día para ver a Ankara llorando. Estaba equivocada. Sin ser consciente de ello viví convencida de su fachada segura e impenetrable, pero justo ahora, sé que todos en la vida estamos rotos de algún manera. Sin embargo, nos cuesta admitirlo y desarrollamos mecanismos de supervivencia ante el dolor; lo ocultamos. Llegamos a mentirnos a nosotros mismos y por eso el resto lo cree.

Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©Where stories live. Discover now