Capítulo 52

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Que su hijo supiera la verdad le desconcertaba y torturaba a partes iguales. Aunque pensaba que Carmen podría haber mentido al decirle que podía ser el padre de Valeria, no quería correr el riesgo. Pero ¿cómo decirle eso a la que creyó su sobrina durante tanto tiempo? Resolvió hablarlo con su hermano y de paso pedirle consejo sobre cómo proponer aquello, por eso fue a visitarlo sin saber si encontraría a Valeria allí.

Era por la tarde cuando se acercó a la casa de su hermano y este lo recibió sin sorprenderse. Cuando los dos estaban sentados en el sofá, José permaneció callado mientras buscaba las palabras con las que comenzar.

—Si has venido por mi hija, no está en casa —dijo Paco, adelantándose.

—¿A qué te refieres?

—Conozco a Carmen y sé que a pesar de todo... En fin, no pude hacer nada cuando se enamoró de ti y ella mucho menos puesto que en el corazón no se manda. Tú quizá pudiste volver a tu vida con mi cuñada, pero lo que sucedió contigo nos marcó para siempre, José.

Las palabras de Francisco fueron duras, pero tenía toda la razón. En su momento fue consciente de que su idilio con Carmen cambiaría las cosas no solo para él, sino para el resto, solo que Fuensanta era la única que quedaba por enterarse.

—¿Entonces es cierto lo que dijo? ¿Valeria podría ser mi hija?

Él suspiró y desvió la mirada hacia otro punto del salón.

—Lo es —respondió.

Los dos callaron y José sintió de nuevo el peso de sus acciones sobre su cuerpo. Una fuerza invisible lo empujaba hacia abajo por los hombros e incluso por la cabeza y le provocaba desear que lo tragara la tierra. Su hermano sufrió mucho debido a su error y en ese instante supo que seguía haciéndolo por su culpa.

—¿Crees que podrías...? —indagó, sin saber cómo terminar la pregunta.

—¿Interceder por ti y pedirle que te ayude con una prueba de paternidad, pero sin que lo sepa? ¿O sabiéndolo? De cualquier manera puedes hacerlo tú, ella ya sabe lo que pasó hace veintisiete años, no se sorprenderá ni se opondrá. Estoy seguro.

—¿Cómo que ya lo sabe? ¿Se lo ha dicho Carmen?

—No, se lo he dicho yo porque Carmen no se ha atrevido a hacerlo en ningún momento. —Al ver la expresión de su hermano, añadió—: Pero Valeria solo sabe que Carmen me engañó contigo... Tuve que decírselo, no me mires así. Se enteró de una conversación que tuvo por teléfono y no pude negárselo más. Eso sí, Carmen no puede enterarse de que lo hice, quién sabe de lo que sería capaz...

—Tranquilo, hermano, no se lo diré. No tengo interés en descubrirte ante ella, solo quiero quitarme esta duda que no me deja dormir desde que me la planteó.

—Lo que me extraña es que hayas esperado tanto tiempo —comentó mientras se tocaba el mentón con dos dedos—. Debiste actuar en cuanto ella te lo dijo y así sabríamos ya si es cierto que es tu hija y no mía.

—Yo tampoco quise quitarte el derecho que por tantos años te has ganado —confesó, retirando la mirada de su hermano—. Además, pensé que lo decía por decir...

—Ella jamás hace algo por el simple hecho de hacerlo, José. Ya no es la misma ingenua que conociste y que te llevaste a la cama.

Aún seguía teniendo dentro parte del rencor que creyó desterrar años atrás, tras enterarse de que ambos le traicionaron antes de la boda. A pesar de eso quiso hacerla feliz en la medida de sus posibilidades, pero no fue suficiente y lo supo. Todos esos años tuvo la certeza de que estaba con él para poder permanecer cerca de José, su mente siempre fue cruel al hacerle ver la realidad cada vez que la miraba.

Sucumbir a lo prohibidoWhere stories live. Discover now