Capítulo 27

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Una vez estuvo en la tranquilidad de su estudio, encendió el ordenador y sacó su móvil del bolsillo. Buscó el contacto de su prima y la llamó, no sin antes asegurarse de que tanto la puerta como las ventanas estuvieran cerradas. No quería que nada de lo que hablara con ella saliera de allí por si su tía empezaba a merodear por el patio. El tono empezó a sonar y a los pocos segundos su prima habló al otro lado del teléfono:

—¿Qué tal todo por allí?

Manuel sonrió al escucharla.

—He contado una verdad a medias y creo que con la ayuda de una amiga he podido pasar la prueba de tu madre. Al menos eso espero porque sino me sentiré muy estúpido.

—¿Qué has hecho? —preguntó ella sin poder ocultar lo divertido que le resultaba lo que le contaba.

—Me llamó una amiga a la que hacía tiempo que no veía y me surgió la oportunidad. Ella es relaciones públicas y tiene temporadas en las que no deja de viajar. A veces podemos mantener el contacto, pero otras no y esta fue una de esas veces. En fin, que volvió hace una semana y parece que quiere retomar algo...

—¿Cómo retomar algo? ¿A qué te refieres con eso?

Fue consciente del cambio en la voz de su prima y supo que algo no le había sentado bien.

—Ya lo hablaremos cuando volvamos a vernos, ¿vale? De momento quédate con que tu madre no sospecha nada, que es lo que importa. —Valeria se mantuvo en silencio durante un tiempo y él lo aprovechó para añadir—: No es lo que piensas, Val. Yo no quiero nada con nadie que no seas tú.

—Precisamente no puede decirse que seamos pareja porque somos primos, aunque hagamos cosas que los primos normales no hacen. Si prefieres salir con alguien más, aunque sea para mantener las apariencias, lo entenderé.

A Valeria se le quebró la voz antes de que pudiera continuar hablando y, aunque él no oyó ningún sollozo al otro lado de la línea, supo que algo no iba bien.

—Val, por favor, no digas eso porque no es así.

—Pero en algún momento tendremos que llegar a eso, ¿no? Fingir una relación inexistente con otra persona y mantener la nuestra en secreto. ¿No lo has pensado aún? Porque yo no dejo de hacerlo desde que todo esto comenzó...

Manuel fue quien se calló en ese instante para sopesar las palabras de su prima. No había pensado en ello porque prefería quedarse con lo que él consideraba bueno. Anteponía esa felicidad que ambos sentían a lo que pudiera ocurrir y eso, a la larga, no sería bueno para ninguno de los dos.

—No lo había hecho —dijo él tras su silencio—, pero ahora que lo dices tienes razón. En algún momento tendríamos que hacer algo similar para que el foco de atención no esté sobre nosotros.

Sin embargo, no le gustaba pensar que la opción de Valeria fuera León. Aunque hacía tiempo que no le veía y casi se había olvidado de él, seguía sin convencerle. ¿O ella tendría otras opciones en caso de tener que llegar a eso?

—Me alegro entonces de que no sospeche nada mi madre. —Valeria volvió al tema anterior—. Te dejo que voy a arreglarme para salir a comer. Se me está haciendo tarde y no quiero quedarme sin comer porque cierren la cocina del hotel.

—Está bien, ya nos veremos.

Cuando colgó, dejó el móvil sobre la mesa y se sentó en la silla. Apoyó el codo sobre la superficie y su frente sobre la mano para frotarla con suavidad. Cerró los ojos y suspiró antes de volver a levantar el rostro. Necesitaba concentrarse porque tenía mucho trabajo por delante.


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Sucumbir a lo prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora