Capítulo 49 | Parte 1

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León la estrechó entre sus brazos y besó su coronilla antes de volver a sus labios. Se comieron mutuamente, aunque las cosas no fueron como ella quería cuando en su mente apareció Manuel y el recuerdo de todos los momentos íntimos que habían compartido. Apretó los ojos con la intención de centrarse en el momento presente, pero no fue capaz al reconocer que si estaba dispuesta era solo por olvidarlo y no porque quisiera vivir ese momento con León. Apoyó las manos en su pecho desnudo para separarse de él. Solo bastó una mirada para que entendiera lo que sucedía.

—Es demasiado pronto aún, no te preocupes.

—No sé qué ha pasado, pero yo realmente quería...

—Lo que pasa, Valeria, es que no estás preparada aún para tener esta intimidad conmigo y lo entiendo, no tienes que disculparte ni nada parecido. Lo que has vivido con él es intenso y aún no lo has podido sacar de tu cabeza. Por mucho que yo me esfuerce, eres tú la que tiene que olvidar.

León recogió su ropa tirada en el suelo y se marchó al cuarto de baño, dejando sola a la pelirroja en el salón de su nueva casa. «Estúpida... Eso es lo que eres», se dijo a sí misma.


···


Días después, Manuel se reunió con Margarita en casa de esta para concretar un asunto. A la vuelta esa misma tarde, detuvo la moto en la puerta de la casa de su tío y llamó. Paco lo recibió con una sonrisa.

—¡Manuel! ¿Qué te trae por aquí?

—¿Está mi prima en casa?

El rostro de su tío cambió al escuchar la pregunta.

—Ella hace días que se mudó... Encontró un piso en la ciudad y se fue.

«Mierda».

—¿Sabes dónde está el piso? ¿Podrías darme la dirección? Así podría ir a visitarla de vez en cuando.

—Sí, claro, lo tengo apuntado en un papel. Espérame aquí y te lo traigo.

Manuel esperó paciente hasta que Paco regresó con un papel que él no tardó en coger. Sacó el teléfono de su bolsillo, lo desbloqueó y abrió la aplicación de la cámara para hacerle una foto. Cuando se aseguró de que todo se veía bien, le devolvió el papel a su tío con un agradecimiento y una sonrisa.

—Margarita y yo estamos preparando algo, te avisaré y también a mi prima y a su novio cuando esté todo concretado, ¿de acuerdo?

Paco asintió y su sobrino repitió el gesto. Los dos se despidieron y Manuel subió a su moto de nuevo para ir hasta su casa. Sin embargo, cambió de opinión, se detuvo y envió un mensaje a Margarita.

» ¿Qué te parece si esta noche salimos e invitamos a mi prima? Así os podéis conocer más, o incluso podría organizar una salida entre vosotras, pero sin participar activamente en ella. No quisiera que rechazara hacerlo por mi presencia.

No tardó en recibir su respuesta.

» Por mí no hay problema, me gustaría llevarme bien con ella. Avísame con lo que sepas.


···


Manuel lo organizó todo para el día siguiente por la tarde, ya que descubrió que su prima había encontrado un trabajo que la mantenía ocupada durante las mañanas y por eso evitaba salir por las noches. Avisó a Margarita en cuanto tuvo su respuesta y le indicó el lugar y la hora a la que debería acudir a la cita.

Sucumbir a lo prohibidoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant