9_Nueva rutina (Amir)

Start from the beginning
                                    

La broma es una mierda, pero resulta porque ambos sonreímos.

— Espera un momento. ¿Lo que hacías en el teléfono...? ¿Estabas cancelando a una chica?

Si bien sé la respuesta, no puedo evitar el asombro, pues dicho ataque de buen anfitrión resulta novedoso para mí, para nuestra amistad. Damián no es así.

— Era solo Marya –alega por quitar hierro al tema, o eso creo.

— Da igual, no tenías por qué. Seguro prefieres estar con tu novia y lo entiendo –mentiroso, me digo– En otra ocasión seguro podemos tener una noche de chicos.

— ¡Oye no repitas esa expresión!

— ¿Cuál? ¿Noche de Chicos? –cuestiono con inocencia bien fingida.

— ¡Sí! Es... raro... además te aclaro –una vez satisfecho con su posición, alza el índice y puntualiza–, Marya: no–es–mi–novia, sabes lo que pienso al respecto sobre ese título: lleva tiempo ganarlo, construir una base que impulse la duración la relación y conocer a plenitud a la otra persona, y sabes querido amigo que yo no me tomo tanto tiempo.

— Eso me queda muy claro. ¿Qué propones entonces?

Nos alistamos para ir al gimnasio. Por primera vez iríamos juntos; era mi rutina de hoy y la de Damián desde hace seis días. Ante nuestra llegada, nos dirigimos a las taquillas y de ahí, al área de las maquinarias. Damián me sirvió de instructor, gracias a lo cual, aprendí ciertas técnicas para mayor rendimiento.

Lo estábamos pasando genial, sin embargo, queríamos dar más interés al momento. Fue ahí que optamos por desafiar a nuestros cuerpos a soportar el doble en cada sesión ¿Qué nos motivaba? Bueno, el ganador ridiculizaría al otro y el perdedor lo soportaría. Aunque, de igual modo ambos nos llevaríamos el recuerdo en nuestros cuerpos adoloridos. La competencia estuvo reñida y admito que Damián aprovechó la técnica aparentar desventaja. Que macabro.

A pesar de la competencia, o quienes nos veían con caras largas, comenzábamos a pasarlo en grande, tanto; que más de una ocasión los instructores se acercaron pidiendo a Damián que regulara el volumen de sus carcajadas.

Nuestros próximos planes los conformamos en las duchas, donde Damián se aburrió ridiculizándome. No iríamos a un restaurante, así pues, cierta idea fue la primera descartada. Ir a un bar repleto de personas y mujeres rompería la regla de: solo chicos, solo nosotros. Al final, abordamos mi auto de Musa para dirigirnos a un Centro de juegos y recreación ¡Y vaya que nos recreamos! Pasamos toda la noche probando cada juego, desde billar, bolos, máquinas virtuales, carreras en 3D y múltiples formas de jugar basquetbol. En aquel sitio el tiempo corrió dejándonos olvidar nuestras concernientes prioridades; formando un deseo de noche infinita y mañana lejano que tomamos en serio. La hora no fue impedimento ni motivo de alarma cuando resolvimos detenernos en cierto malecón a tomar aire, hablar estupideces y volver a casa.

Esta noche quiero terminarla diferente. En mi habitación no pego ojo porque no hay comodidad en las paredes nuevas, la ventilación artificial y decoración minimalista. Por lo cual, ideo un plan que empieza conmigo subiendo las escalaras.

Llego al dormitorio de Damián, lo atravieso y avanzo con mi colchón hasta las compuertas del balcón. Entonces, lo coloco en el suelo y miro al cielo nocturno complacido.

— ¿Qué rayos haces, intentas dormir ahí fuera?

Se queja el de sueño liviano. Afirmo positivo y descanso en mí soledad sin obtener respuesta.

En un visto y no visto, mi amigo se posiciona junto a mí con notable tinglado: cargando mantas y almohada. Ahora soy el sorprendido; quien exige una explicación y para ello, le reformulo su pregunta.

Legado de Pilares [ADN I] |Finalista Wattys 2021|©Where stories live. Discover now