Sonata De Invierno [Larry Stylinson] - TERMINADA [En Edición]

CAPÍTULO 36

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Louis llegó a la estación de radio a las diez en punto, tal y como había quedado con Eleanor para después viajar a Doncaster; al entrar fue directamente hacia la oficina de Eleanor pero se encontró con Ella.

-Louis!

-Qué tal Ella, cómo estás? –se detuvo a saludarla.

-Yo muy bien como siempre –sonrió- dime, ya decidieron la fecha de la boda?

-Sí, supongo que Eleanor te entregará la invitación –fingió una sonrisa.

-Gracias! Los felicito! –se puso un poco seria- Louis, ya no la hagas sufrir más, el otro día estaba tan mal que nos dijeron a todos que había re…

-Ella! –Eleanor apareció por detrás de ella y la interrumpió para que no hablara más- escucha, podrías preparar la lista de música para ésta tarde ahora mismo? Es urgente.

-Claro Ele, nos vemos Louis –se despidió.

-Lou, creí que me llamarías al llegar.

-Es cierto, oye, qué quiso decir Ella? –preguntó sumiendo que Eleanor había escuchado la conversación.

-Sólo hablaba de que me tomé unos días libre aquella vez que estaba en el hospital… supongo que quería hablar contigo con esa escusa –disimuló- iré a tomar mi abrigo de la oficina y nos vamos?

-Está bien –aceptó.

El viaje fue muy tranquilo y llegaron rápido a Doncaster pues no había mucho tráfico.

-A dónde vamos primero Lou? Vamos a ver a tu padre?

-Sí, de acuerdo; luego iremos a ver a mi madre.

-Tenemos que decirle a tu padre que no casaremos! –le dijo emocionada- seguramente le gustará que su hijo y la hija de su mejor amigo se casen, no lo crees?

-Por supuesto que sí -fingió estar igual de emocionado que Eleanor.

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En el cementerio, en frente de la tumba que llevaba el nombre de “Mark Tomlinson” se encontraba una mujer vestida de negro y llevaba unas enormes gafas de sol, también negras.

Se quitó las gafas y se notaron sus ojos hinchados pues había estado llorando, aquella mujer era Anne Selley, se agachó un poco para dejar sobre el césped el ramo de flores que había llevado

-Sabes? Quiero decirte que todavía… todavía recuerdo el día que era tu cumpleaños –sonrió apenas, pes las lágrimas seguían cayendo por su rostro- pero qué esperabas? No puedo olvidarme de ti –sollozó- y todavía hay algo peor… no he podido perdonarte.

Lloró un poco más frente a la tumba, después limpió las lágrimas de su rostro con un pañuelo y se puso las gafas; se fue caminando hacia la entrada del cementerio que era donde la estaba esperando su chofer.

Mientras ella salía, un automóvil iba entrando; eran Eleanor y Louis quienes iban en éste.

Estacionaron el auto y fueron caminando hacia la tumba del padre de Louis, él también llevaba un ramo de flores para su padre.

-Mira eso, parece que vino alguien.

-Cierto y fue hace poco tiempo –le dijo Eleanor mirando que las flores estaban frescas- quizá vino tu madre.