Ambos se miraron sin decirse nada, comenzaron a caminar hacia donde solían jugar con nieve para poder hablar sin tanta gente alrededor. Edmond iba por delante y unos pasos detrás de él iba Louis, caminaron hasta que Edmond se detuvo; Louis camino uno poco más, se detuvo y dio media vuelta para poder verlo.

-Edmond, quiero decirte que no te voy a pedir perdón… y sabes por qué? –lo miraba directamente a los ojos- Edmond quiero que sepas que me has robado algo muy importante, y es que… me has robado el corazón –le dijo con lágrimas en los ojos- y quiero que siempre lo tengas contigo, siempre estaré enamorado de ti.

Sus lágrimas comenzaron a salir y decidió que era el momento de irse, comenzó a caminar pero Edmond se acercó a él y lo detuvo. Lo miró a los ojos por un momento y lo atrajo hacia él para abrazarlo.

-Gracias Louis –le dijo aferrándose a él en el abrazo.

Louis lo abrazó por un momento y después lo alejó lentamente porque sabía que si lo abrazaba por más tiempo, no podría volver a dejarlo; se fue rápido mientras Edmond se quedaba solo con un vacío en su interior.

Louis entró al automóvil y volvió a Londres con Liam; Edmond no fue a trabajar en todo el día, estuvo todo el día solo, subió al edificio que estaba por las montañas y se quedó allí hasta que anocheció. Luego bajó y fue hacia donde se encontraba la fresadora de nieve, antes había llevado a Louis allí para que pueda llorar sin que nadie lo oiga, ahora él necesitaba desahogarse.

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-Toma esto –le dijo Louis a Liz entregándole unas carpetas y algunos planos- gracias por tomar mi lugar en el proyecto, en Marcian ya saben que material usar en la obra así que por favor pregúntales.

-Qué ocurre Lou? Tú nunca abandonas las cosas a la mitad –Liz estaba confundida sobre el cambio repentino.

-Es solo que creemos que tú eres capaz de hacerlo mejor que yo –ella sonrió halagada.

-Lou, no será que tuviste algún problema con los de Marcian? –preguntó curiosa.

-No, nada de eso, sólo continúa tú.

-Bueno, está bien, me voy… Liam me dijo que debo llegar esta noche.

-Suerte Liz –se despidieron y Louis se quedó solo.

Se sentía muy cansado, era cansancio emocional… todo el tiempo libre que tenía, lo pasaba durmiendo para poder olvidarse de su realidad. Apoyó los brazos en su escritorio y puso su cabeza encima, quería relajarse un poco pero se quedó dormido.

Despertó un par de horas después, bostezó y se estiró en su asiento. Sacó su celular para ver la hora, ya eran las seis de la tarde; en la pantalla vio que tenía una llamada perdida, entró al registro y era una llamada perdida de Edmond.

Estuvo a punto de devolverle la llamada.

-Hola cariño! –Eleanor entró en la oficina.

-Hola –le dijo fingiendo una sonrisa, bloqueó su celular y lo guardo rápidamente.

-Mamá nos invita a cenar, te gustaría ir?

-Claro… -respondió, no tenía opción.

Se puso su abrigo y fueron a la casa de Eleanor; su madre los recibió muy contenta. Desde que Louis fue a la clínica y había regresado con su hija, la señora Calder cambió totalmente su actitud hacia él, ahora lo trataba bien.

-Louis, espero que te guste –le dijo la señora Calder cuando ya estaban cenando.

-Gracias, se ve que está delicioso.

Sonata De Invierno [Larry Stylinson] - TERMINADA [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora