Capítulo 30

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-Debes dejar de moverte.

-No puedo- gruñó- estoy incómodo.

Puse los ojos en blanco. Estuvimos el resto del día en la habitación, acostados uno al lado del otro hablando de cosas estúpidas, aquí desayunamos, almorzamos, y cenamos hace un par de horas. En todo el día no había visto a Amelie porqué el rubio quería que estuviera todo el tiempo aquí con él, ya que por mi culpa no podía salir.

Después que le dije todo aquello en la mañana bajó la guardia, ya no está a la defensiva y ha intentado no volver a pelear. No me dijo nada respecto al bebé, pero tampoco volvió a mencionar el tema de deshacernos de él.

-¿Que haces?- pregunté acercándome para ver lo que escribía en su ordenador.

-Trabajo- respondió sin más, de la nada se había puesto pesado.

-Que antipático eres-sin despegarme mucho de él, busqué una posición cómoda para dormir, no me apetecía seguir lidiando con él y sus odiosos modos.- ojalá te lleven los duendes.

Cuando estuve boca a bajó con una almohada bajó mi cabeza y abrazándome a otra, cerré los ojos. Casi enseguida lo sentí moverse a mi lado y luego el sonido de un objeto sobre la superficie de la madera de la mesita de noche hizo eco por toda la habitación, me mantuve en mi lugar sin abrir los ojos, y poco después él pasó una de sus piernas sobre mí, y sonreí, me abrazó con su brazo izquierdo y prácticamente se acostó boca a bajo sobre mí. Besó mi mejilla y luego dejó descansar la suya llena de una fina y suave barba sobre ella.

-Va a ser igual a mí- susurró, abrí los ojos, por un segundo no supe a que se refería- El padre de mi padre lo contagió, y él a mí-Se refería al bebé. Estaba hablando de el bebé- Es genética muñeca, las posibilidades de que sea un bipolar con ataques de ira incontrolables son muy altas- por eso no quería tener al bebé, él no quería que su hijo pasara por lo mismo. Sentí como sí alguien apretara mi corazón al darme cuenta de ello ¿Como no lo había pensado antes? - es una mierda vivir con eso a lo largo de tu vida- su voz era bajita, no le hacía gracia contarme todo esto, pero sentía la necesidad de hacerlo, de hacerme ver la realidad de las cosas, porqué sinceramente eso no había pasado por mi cabeza nunca- No será un niño normal. Será un engreído, un egoísta, un malcriado, su actitud no será fácil de manejar- siguió narrando- los ataques de ira empeorarán cuando sea un adolescente, amor.

-Es tu hijo. - susurré- sí tú fuiste, bueno eres, un engreído, egoísta y malcriado, es por la forma en que creciste. Y eso no tiene nada que ver con el bebé.

-Será un bipolar, muñeca- insistió- un día será amable, y al otro parecerá que odia al mundo entero. Cuando esté enojado, no querrá complacer a nadie, y de ahí se derivan las actitudes que te mencioné- suspiró- Y sí, quizás tienes algo de razón y algo tiene que ver en el desarrollo de esas actitudes con la forma en que crecí, pero recuerda que ese niño también crecerá como yo lo hice.

-No necesariamente tiene que ser así Damián- miré las letras cursivas que escribían el nombre "Adele" en su brazo tatuado- dijiste que las posibilidades de que se contagie son altas, pero eso no quita que hay esperanzas de que no sea así.

-Son casi nulas, muñeca.- quería que parara, no quería seguir escuchandolo - Lo único que quiero es librarte de un niño tormentoso, de un niño difícil, no quiero que sufras por eso, porqué el único culpable seré yo.- besó mi mejilla nuevamente y yo dejé escapar una lágrima.- no quiero que ese bebé pasé el resto de su vida consumiendo pastillas para poder estar bien, para no hacerle daño a las personas que quiere. Quiero evitarle sentirse mal por no poder ser tan normal como otros niños.

No Puedes Escapar De Mí.©Where stories live. Discover now