Cap 19

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Había perdido la cuenta de las horas que llevábamos en el jet, pero sabía de sobra que eran muchas ya que hace unas horas la azafatas nos trajo de cenar. Carmen y Helen se habían dormido hace unas horas, Damián seguía tecleando en el computador como un maniático - bueno, tampoco es como si estuviera muy lejos de serlo - y yo no tenía nada que hacer.

Había dormido muchas horas en lo que iba de vuelo y me desperté con la cabeza pegada al brazo de Damián cuando la azafatas puso la bandeja con nuestra cena sobre la mesa, por eso no tenía sueño pero por el aburrimiento podía intentar volver a dormir y de seguro tendría éxito, pero no quería volver a despertar pegada al rubio que ahora estaba malhumorado.

Llevaba mucho rato haciéndo documento tras documento, talvez llevaba unos cien de esos listos y quería preguntarle porqué necesitaba tantos pero a juzgar por su cara capaz y me tiraba por una ventanilla. reí bajito imaginando aquello.

Por la ventana ahora sólo se podía vislumbrar oscuridad, a no ser por los pequeños focos en el ala del avión que se podía ver desde mi asiento podría pensar que estábamos volando en una espesa negrura sin fin. Pasarón unos largos minutos y mis ganas de ir al baño se hicieron presente, no había vaciando mi vejiga desde que fuí al baño de la habitación de Damián en la mansión, sin duda había pasado mucho tiempo.

-Necesito ir al baño - susurré a Damián para que se levantará y así poder salir.

Dió un suspiro de cansancio y empezó a moverse hasta que quedó parado frente a nuestros lugares.

Tu tampoco me agradas Damián, tu tampoco me agradas.

Cuando salí del pequeño espacio que había entre los sillones y la mesa me dirigí a paso lento hacia dónde Carmen se había dirigido antes de irse a dormir. El lugar estaba semi oscuro, solo la pantalla de la computadora del rubio y un foco con una luz casi imperceptible que estaba pegada en la pared de madera oscura del jet daban algo de visibilidad.

Así que con cierta cautela caminé hasta la puerta del baño y apenas entre busqué el interruptor de la luz y sólo cuando lo encontré y el baño se alumbró cerré la puerta. El lugar era bastante pequeño, solo había un lavado con un espejo y un retrete. Después que vacíe por completo mi vejiga lave mis manos y mojé mi cara con un poco de agua antes de salir.

Volví a los asientos y sin decir nada me senté en los sillones frente a Damián, pensé que diría algo al respecto pero no fue así, y en vista de que no pareció molestarle mi cambio de lugar me moví al sillón que estaba junto a la pared. Otros minutos más pasaron, y ya estaba tan aburrida que tenía la cabeza pegada a la pared del jet y mis ojos cada vez estaban más pesados.

-¿Por qué le temes a la oscuridad? - preguntó en un tono bajo la voz de Damián ¿Como carajos sabía eso? - No hay que ser muy inteligente para darse cuenta - añadió dejando de mirar la pantalla frente a él y poniendo unos segundos su atención en mí. - Pensé que al ser tan desafiante no le temías a nada - rió con burla.

- No le temo a la oscuridad. - mentí con descaro poniendo mis ojos en la ventanilla.

- Ya no eres una niña, muñeca - volví a escuchar el sonido de las teclas del computador. - ya deberías saber que en la oscuridad no se esconden montruos.- se burló.

-Pero sí personas como tú acechando a los inocentes - no sé ni siquiera porque dije eso. Solo salió, y se lo requería al enojo que había empezado a sentir por sus burlas.

-En el mundo los únicos inocentes son los bebés - no lo miraba pero podía sentir sus ojos sobre mí. - y yo no acechó bebés.

-Entonces eres como uno de los superhéroes de Marvel- lo miré con burla. - solo acabas con los villanos.

No Puedes Escapar De Mí.©Where stories live. Discover now