-Es sólo que supe que a él le gusta mucho coquetear con otros hombres, y desearía saber si yo entro en su lista? –preguntó mientras seguía viendo a Louis.

Liam se sorprendió por la pregunta que le hizo Edmond, pero al mismo tiempo se molestó por lo que había dicho de Louis.

-No entiendo de qué está hablando, quién le dijo una cosa tan absurda? –Edmond lo miró- usted no sabe juzgar a las personas, Louis es esa clase de hombre que ya casi no hay. Él es de esas personas que solamente aman a una persona en toda su existencia, no vuelva a decir eso ni en broma, ya me voy.

Liam se puso de pie y se fue dejándolo ahí, Edmond ya no sabía qué pensar de Louis.

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Esa noche todos los empleados asistieron a la cena que había organizado Edmond y les explicaron cómo sería la forma de trabajo, cosa que no le gustó al señor Park.

-Cómo? Lo que está queriendo decir es que estaremos a cargo de ese par de niños? –el hombre se puso de pie molesto, señalado a Liam y Louis.

-Tranquilo señor Park, le serviré otra copa –Niall intentó calmarlo.

-Escuche, ahora ustedes están aquí –les dijo dirigiéndose a Edmond y Niall- pero por lo general los jefes no se enteran lo que ocurre en las construcciones, en cambio yo lo sé todo. Estoy en el negocio de la construcción desde hace veintiocho años, acaso usted pretende que me den órdenes ese par de niños o qué? Esto no es un juego.

Anteriormente los de Polaris habían contratado al señor Park y a otros de los trabajadores que estaban allí, pero como él lo explicó, ellos trabajaban como estaban acostumbrados y los jefes solamente asistían a las obras para hacer las inspecciones. La nueva forma de trabajar era por órdenes de Edmond.

-Nosotros no hemos venido a jugar, sino a trabajar señor –dijo Louis poniéndose de pie y elevando la voz- por qué no nos dice cuál es su problema?

-Usted solamente es un niño malcriado y mejor cierre la boca, no sabe tanto como yo del negocio, usted es de esas personas…

-Pues ya que usted sabe más, aceptaré sus enseñanzas con gusto –lo interrumpió, el hombre se quedó callado y se sentó- señor Park, no es bueno que tenga disgustos –le dijo sonriendo y volvió a sentarse.

-Pareces un capataz por tu forma de contestar niño –le dijo tomando un sorbo de su bebida.

-Entonces tendrá que cuidarse –Louis comenzó a reír.

-Yo no tengo por qué cuidarme de nada –rebajó el tono de su voz.

Edmond miraba a Louis sorprendido, era la primera vez que lo vio con una actitud fuerte ante aquel problema. La noche siguió su curso y a medida que pasaban las horas, los trabajadores seguían bebiendo; Louis charlaba con el señor Park para limar asperezas y así poder trabajar de buena forma.

-Escucha niño, te conozco desde hace ya un tiempo, pero entiende que no estoy acostumbrado a que alguien más joven que yo me dé ordenes o interfiera en mi trabajo –le explicó.

-No se preocupe, yo entiendo, tenga por seguro que no voy a interferir en su trabajo. Pero usted entienda que yo hice el proyecto y debo estar presente para que todo quede tal y como debe ser.

-De acuerdo –accedió después de una larga charla.

-Oiga, brinde conmigo –le dijo a Louis uno de los empleados que estaba sentado frente a él dándole un shot, pero Louis levantó su botella de soda para brindar- qué es eso? Usted no toma?

-Dame eso –el señor Park le quitó el shot y él lo bebió- te diré algo, hay dos cosas que Louis no sabe hacer: tomar y mentir. Desde que lo conozco hace algunos años, él nunca ha sabido tomar y si toma un poco en seguida pierde el conocimiento. Lo vi un par de veces, bebió dos tragos y ya estaba muy mal.

-Ya señor Park –le dijo Louis riendo, mejor hablemos de algunas anécdotas suyas –le dijo riendo.

Edmond se sorprendió de lo que había escuchado, entonces era cierto de que en realidad él no sabía beber y de ser así, el día que bebió no había estado fingiendo. Se sintió mal de todo lo que le había dicho a Louis.

Cuando ya se hacía tarde todos comenzaron a irse, Louis decidió acompañar al señor Park al lugar donde se estaban quedando los demás empleados pues aquel hombre había estado bebiendo mucho.

-Hace años que no me sentía tan bien y no me divertía tanto –se tambaleó un poco y Louis lo ayudó.

-Oiga señor, no cree que debería beber menos?

-Acaso me estás dando consejos de bebida a mí? Yo sin alcohol? no - se respondió a sí mismo- qué placer me quedaría si no pudiera beber alcohol?

-No le estoy diciendo que deje de beber, sólo que trate de beber menos, lo intentará?

-Haré el intento; ahora niño vuelve a tu hotel que ya es muy tarde, yo puedo irme solo desde aquí.

-De acuerdo, buenas noches –se despidió y fue caminando lentamente de vuelta al hotel, disfrutaba de la brisa fría de la noche.

La nieve le recordaba a Harry, pero ya no quería sentirse triste, solamente quería recordarlo con una sonrisa en el rostro. Iba caminando mirando las huellas de sus pisadas en la nieve.

-Louis –escuchó, levantó la cabeza y vio a Edmond, volvió a bajar la mirada y dio media vuelta para buscar otro camino por el cual irse al hotel- Louis, es por acá y sólo hay un camino para llegar allá.

Louis suspiró y tuvo que dar media vuelta nuevamente, se alejó de donde estaba parado Edmond, no quería ni siquiera mirarlo. Pero Edmond se acercó a él y entonces Louis se detuvo.

-Señor, tiene algo que decirme? –preguntó.

-Discúlpame... ignoraba que no supieras beber alcohol -le estaba costando disculparse, no sabía qué decir- y, eso que te dije de que fingiste estar ebrio –suspiró- te pido perdón.

-De acuerdo, ya lo he olvidado todo y quisiera que usted no pensara más en eso –respondió fríamente y volvió a caminar.

-Quién eres tú realmente? –Edmond seguía muy confundido. Louis volvió a detenerse y volteó a verlo, entonces Edmond caminó hacia él- yo no lo sé, no sé todavía quién eres. No sé si el verdadero Louis es aquel hombre que conocí; pero es que, lo del hotel…

-Sobre eso del hotel, sigue usted pensando que fingí estar ebrio? Que lo hice a propósito? –lo interrumpió y elevó la voz, Edmond dudó que responder por un momento.

-Realmente no lo sé, es que…

-Edmond! –Ambos voltearon- acaso estoy interrumpiendo algo? –preguntó Camille al verlos tan serios.

-No, yo ya me iba. Hasta luego señor, adiós Camille –se despidió sin mirarlos y se fue.

-A qué viniste? –Edmond estaba algo distante con su novia.

-Cómo que a qué? –Lo abrazó- vine porque te echo de menos, tengo mucho frío, vámonos –lo tomó del brazo.

-Si –caminaban juntos, pero la mente de Edmond estaba en otra parte.

-Vine porque pensé que no podrías ir a Londres éste fin de semana. Alquilé un departamento para poder venir a verte a menudo.

-Camille…

-Te prometo que no voy a interferir en tu trabajo, así que no te inquietes.

-Camille…

-Oye, no me dirás que me extrañabas? –no dejaba que Edmond hable- quieres que vayamos a tomar algo?

-Camille! -llamó su atención- aún tengo que hacer algunas cosas, será mejor que descanses. Adiós –la dejó ahí y fue caminando en otra dirección.

Camille había notado que Edmond estaba algo indiferente con ella, pero no tenía idea de por qué estaría así.

Temía de que hubiera sucedido algo con respecto a Louis; decidió ir a verlo, pero como ya era muy tarde, iría a hablar con él temprano en la mañana y además iba a encararlo por la agenda telefónica que encontró en el cuarto de hotel de Edmond.

Sonata De Invierno [Larry Stylinson] - TERMINADA [En Edición]Where stories live. Discover now