CAPITULO 11

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—¿Lo ves, Charlotte?—preguntó Bellamy señalando al pequeño -pero gordo- jabalí enfrente nuestro. La rubia asintió—Bien, cázalo. 

—¿Espera qué?—pregunté incrédula. Ambos me miraron con curiosidad—No hablas enserio. 

—Charlotte es muy capaz de poder cazar a ese animal—respondió con simpleza Bellamy. La rubia sonrió orgullosa. 

—No es capaz de agarrar un cuchillo sin cortarse—señalé uno de sus dedos, el cual tenía un pequeño corte debido a ir jugando hace rato. 

—Puedo cazarlo sin ayuda—respondió desafiante la rubia. Alcé una ceja en su dirección. 

—Bueno—dije haciéndome a un lado—Muéstranos. 

Bellamy le sonrió con confianza y le guiñó un ojo. Charlotte suspiró y pasó por mi lado procurando no rozar con mi cuerpo, sus pasos eran lentos y poco silenciosos. Pero la determinación con la que agarraba el cuchillo daba a demostrar la confianza que tenía sobre el asunto. 

—No te gustan los niños, eh—el murmullo de Bellamy se escuchó a mi lado. Estaba con la vista fija en Charlotte.

—Me agradan más cuando están callados—respondo sin más. Bellamy me dedicó una mirada de reojo. 

—Charlotte fue encerrada muy chica—explica con un tono bajo y amable—Debes entender el por qué está a la defensiva. 

—Todos lo estamos, Bellamy—el nombrado voltea a verme, pero creo que es por la mención de su nombre—Yo también fui encerrada desde muy chica. Sé lo que es estar en cautiverio sin poder hablar con nadie. 

Bellamy traga saliva y asiente, pero parece perdido en sus pensamientos. Regresa su mirada a Charlotte, quien, ya está más cerca del jabalí. 

"¿Por qué no lo matas tú? Sería una muerte más rápida."

—¿Por qué te encerraron, Elena?—la pregunta me llega por sorpresa, haciendo que parpadee un par de veces para asegurarme que no fue imaginación mía, pues pareció lanzada al aire sin pensar. Pero la mirada fija en el suelo de Bellamy me hace saber que no fue así. 

Paso mi lengua por mis labios antes de responder. 

—No lo sé—él voltea a verme confundido, me aclaro la garganta antes de responder—No sé si fue por nacer—empiezo con una sonrisa carente de humor—Si fue por hurtar los medicamentos con los cuales mi madre se drogaba hasta perder la conciencia—mis ojos se pierden en los pétalos de una flor amarilla—O si fue por haber sido acusada injustamente de la muerte de mi madre.

Aunque mi vista está en aquella flor de color llamativo, sé que Bellamy me está mirando. Siento como su mirada oscura recorre toda parte de mi ser, y si fuera posible, sé que estaría mirando hasta mis pensamientos. 

—¡Mierda!—el grito frustrado de Charlotte  hace que salga de mis pensamientos. Rodee los ojos fastidiada la ver lo que pasaba—¡Se ha escapado!. 

Bellamy, aún con su mirada fija en mí, le respondió a Charlotte que regresara con nosotros. Voltee a ver Bellamy dispuesta a preguntarle en qué tanto pensaba, pero un extraño olor hizo que frunciera mi nariz. 

—¿Qué es eso?—preguntó la niña señalando detrás de mí. Voltee para encontrarme con una nube amarilla. 

—No lo sé—respondí nerviosa poniéndome de pie. Pude ver como pequeños escarabajos corrían en dirección contraria a nuestra. 

Según el libro de Ciencias que leí en el Arca, cuando los animales corren en grupos, es porque están huyendo de algo. Y creo que ese algo es la niebla amarilla. 

TORMENTA |Bellamy B.Where stories live. Discover now