CAPÍTULO 39

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"—¿Sabes algo, Elena?—preguntó mi padre, arrastrando las palabras debido a su estado de ebriedad—Tu no eres mi hija. 

Sentí las lágrimas picar en mi ojos, los cerré con fuerza intentando detenerlas. 

—Tu eres mi papá...—dije en un susurro que fue callado por el golpe que le le dio a nuestro pequeño comedor. 

—Tu eres la hija del mal—dijo con asco, agachándose a mi altura en el suelo—Eres un demonio."

Troné la barita de madera que tenía en mis manos, sintiéndome aún más ansiosa que el día de ayer. Volteaba a la nave cada vez que escuchaba que alguien entraba o salía de ella. 

"La única persona que te dio su apoyo cuando todos se fueron encima de ti, es la misma que te dio la espalda en la muerte de Charlotte".

El campamento se había sumido en un silencio agobiante después de la llegada de Bellamy. ¿La razón? La presencia de Murphy en el lugar. El chico al cual habían exiliado, se encontraba en el mismo lugar que nosotros.

Yo no lo había visto ya que Bellamy se encargó de vaciar la nave dejando únicamente en ésta a Clarke y a su "guardia". Desde hace rato había estado tentada a entrar al lugar, pero no sabía que tan prudente sería mi presencia. 

Y no es por que le temiera a Clarke, a la guardia de Bellamy o si quiera a éste mismo. Nada de eso, sino que, desde el encuentro que había tenido con mi... oscuridad, me sentía amenazada al mínimo movimiento brusco. 

"Deberías ayudarlo". 

Escuché de nuevo esa voz irreconocible en mi cabeza, haciendo que sienta un dolor punzante encima de la zona de mi ojo derecho. 

"Él te traicionó, mi borreguita. ¿Lo ayudarás de todos modos?". 

Mordí mi labio inferior cuando sentí que el dolor se había duplicado. Parecía que la guerra no era aquí en la Tierra, sino en mi cabeza. Ambas voces luchaban por ver cuál tenía el control. 

La muerte se manifiesta de las forma más inesperadas.

Voltee  hacia enfrente de mi, viendo cómo dos chicas tonteaban entre ellas. Parecía que te traían algo entre manos, pero no estaba segura el qué. Iba a apartar mi mirada hasta que vi cómo algo parecía moverse entre los arbustos, parecía un animal grande. Estaba justo por decirle a alguien del campamento hasta que vi cómo las chicas entraban al bosque. 

Abrí los ojos de golpe poniéndome de pie enseguida, frunciendo el ceño cuando vi que nadie parecía percatarse de ello. Troté hasta el lugar dónde antes se encontraban las chicas, dando una última mirada al campamento. 

Me interné en el bosque al igual que ellas, sintiéndome observada. Entrecerré mis ojos intentado poder ver un poco más allá de la neblina que empezaba a caer, pero parecía que las chicas habían desaparecido. 

Unas ramas romperse atrás de mi pusieron mis sentidos alertas, voltee a todos lados buscando el origen de aquel sonido. Mi respiración empezó a hacerse más pesada a medida que pasaba el tiempo. Empezaba a cuestionarme el por qué había entrado. 

Estaba dispuesta a regresar al campamento, pero mis pies decidieron caminar aún más al fondo, haciendo la salida cada vez más lejana. Una sombra pasando por mi lado de forma rápida hizo que casi perdiera el equilibrio, solté un jadeo cuando escuché el gruñido de algún animal. 

"Recuerda que ellos siempre serán la presa"

Iba a abrir la boca para llamar a las chicas, pero un golpe en mi espalda hizo que callera de rodillas. Puse mis manos sobre mi rostro para intentar cubrirme de las rocas, pero me topé con otro estilo de superficie. 

TORMENTA |Bellamy B.Where stories live. Discover now