TORMENTA |Bellamy B.

CAPÍTULO 42

"Todo lo bueno llega a su fin, pequeña borreguita".

Alcé a Bellamy tomándolo por sus hombros, pero el impulso hizo que tuviera una arcada, ocasionando que se doble sobre sí mismo para vomitar. 

Volví a sentir el frío aliento de la muerte susurrándome al oído...

—Ni pienses en dejarte de ir, Bellamy—solté en un jadeo mientras volvía a tomar impulso para cargar su cuerpo. 

Pero Bellamy era bastante pesado, no podía cargarlo yo sola. Empecé a desesperarme cuando lo vi cerrar los ojos.

Por favor no...

—¡Finn!—grité cuando vi cómo salía de la nave, el castaño volteó a verme enseguida. 

Rápidamente se acercó a mi para ayudarme con el peso de Bellamy, varios criminales se asomaron curiosos a la escena, algunos se acercaron para ayudar. 

—Llévenlo a la nave—dije cuando lo tomaron en brazos, uno de ellos me miró—¡Ahora!.

Fueron cuatro chicos contando a Finn, todos se apoyaron entre ellos para balancear el peso de Bellamy y así llevarlo a la nave. Me eché el cabello hacia atrás mientras corría para tomar un cubo y llenarlo con agua limpia y fresca. 

"No."

Un tiró en mi pecho me hizo soltar un jadeo, después lo siguió un dolor punzante. Me mordí el labio dispuesta a correr hacia el lago, pero volví a sentir el mismo dolor.

"Elena".

Solté un pequeño grito cuando el dolor se intensificó, mientras que un montón de murmullos sonaban en mi cabeza. Sentí una mano en mi hombro. 

—Elena yo iré—la voz de Clarke sonó a mi izquierda, la miré confusa—Ya estoy mejor, dame el cubo a mi. Ve con Bellamy. 

La miré mientras ella tomaba el cubo de mis manos, la rubia me miró asintiendo para después ir a paso rápido hacia el lago. Corrí hacia la nave, sintiendo cómo mi sangre pulsaba en mis oídos. 

—Él tiempo se acaba.

A él no.

Bellamy estaba recostado en el suelo, casi al medio de la nave. Finn me miró y se aceró rápidamente a mi. 

—Elena está muy mal—me dijo en un susurró, lo miré negando con la cabeza. 

—Mejorará—dije entre dientes intentando pasar de Finn, pero el castaño me tomó del brazo. 

—No creo que sobreviva a esta noche—tensé la mandíbula, lo miré con odio.

—Tú no puedes saberlo—escupí safandome bruscamente de su agarre. 

Caminé hacia Bellamy, quien ahora estaba sudando y se encontraba respirando agitadamente. Me arrepentí en este instante de no haber ido por las chaquetas, ellas podrían servirle de cobija. 

"Te aferras a una esperanza inexistente". 

¿Tu qué sabes de esperanza?. 

—Bellamy—Octavia se agachó a mi lado, pasando algo por la cabeza de Bellamy—Estarás bien—le susurró para darle un beso en la frente. 

Octavia pasó una manta por el torso de Bellamy, quien dejó de dar temblores violentos. Sentí una punzada de culpa por no haberle dado su chaqueta. 

—Él estará bien—volvió a repetir en voz alta, pero ronca. Pude darme cuenta que se estaba conteniendo el llanto—¿Verdad, Elena?—me volteó a ver con ojos llorosos.