CAPITULO 12

5.6K 440 25
                                    


Después de mis palabras, Bellamy se quedó callado. Abrió la boca y la cerró como si prefiriera guardarse sus palabras. Ninguno ha hablado desde entonces. Sus ojos están perdidos en algún punto de la cueva y sus manos están cerradas en puños. 

Yo, en cambio, sigo aquí. Con mi mirada perdida en mis dibujos y un malestar en la boca del estómago. Sin duda alguna el reproche de haber contado más de lo necesario está picandome en la nuca. 

—¿Por qué?—pregunta después de un tiempo. Lo miro confundida. 

—¿Por que qué?—sus ojos se encuentran con los míos. Negro contra gris. 

—¿Por qué dices eso?—pasa la lengua por sus labios para después mirarme preocupado y angustiado—¿Por qué quieres morir?. 

Una risa carente de humor escapa de mis labios. 

—Bellamy—inicio inclinandome hacia él—Cuando llevas una condena como yo, lo único que buscas es liberarte de ella. Cuando sabes que la muerte siempre estará siguiéndote. Cuando sabes que, por más que intentes, no podrás escapar de tu destino.

—No lo sabes...—lo interrumpo alzando una mano. 

—Nací con ello, Bellamy—sus ojos se agrandan en asombro—No fui una mutación genética, fui una maldición—cierro los ojos intentando calmar mis emociones—Soy una pobre diabla que tuvo la desgracia de cargar con ésto. 

Bellamy iba a responder cuando un grito de Charlotte lo interrumpe. Se alzó de su sitio para gatear hasta donde estaba la rubia, pude escuchar como la calmaba a mis espaldas. Miré la escena por sobre mi hombro y un dolor en mi estómago apareció al ver lo tierna que ésta era. 

"No todos tuvimos la oportunidad de tener una vida feliz."

—¿Qué ocurre?—preguntó el moreno con voz suave. Charlotte se talla los ojos al ver dónde estaba. 

—No puedo dormir—dice ella con la voz algo rota. 

—¿Pesadillas?—asumo acercándome a ellos. La niña asiente en mi dirección—¿Qué ves en ellas?

—A mis padres...—dice en un sollozo—y al hijo del canciller. Siempre que lo veo mis padres siendo flotados vienen a mi mente. 

Un nudo en mi estómago se hace presente ante su declaración. Muerdo mi labio inferior mientras le acaricio la mejilla. 

—Escucha, está bien tener miedo—sus ojos se encontraron con los míos—Pero lo que no está bien, es dejar que éste te domine. 

—¿Pero cómo hago eso?—sorbió su nariz poniendo más atención. 

—Mata a tus demonios—la dos volteamos confundidas ante la respuesta de Bellamy—Mira, haz esto—estiró su mano para tomar el cuchillo de la niña, el cual, se encontraba apoyado contra la roca en la que estaba acostada—Tomarás con fuerza tu cuchillo y le dirás a tus miedos: "Jódete, no te tengo miedo". 

Iba a protestar ante su forma de tranquilizar a la niña, pero ésta tomó el cuchillo y con voz segura citó las palabras de Bellamy. Su rostro se relajó visiblemente. 

—Intenta dormir un poco màs, ¿de acuerdo?—le sugiere Bellamy a la rubia, quien, asintió acomodándose nuevamente en la roca. 

Volví a mi lugar de hace rato, para darle espacio a Bellamy de acomodarse nuevamente. El chico quedó a un lado mío, sus ojos aún estaban en Charlotte. La niña pareció quedarse dormida al instante, haciendo que un peso en los hombros de Bellamy se soltara. 

TORMENTA |Bellamy B.Where stories live. Discover now