CAPÍTULO 50

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Tiré de la soga con más fuerza, empezando a sentir un ardor en mis muñecas. Podía escuchar la respiración entrecortada de Bellamy, la cual hacía contraste con la respiración agitada de Murphy.

—¡Murphy ya basta!—grité haciendo que el nombrado me dedique una mirada—Detenlo antes de que sea demasiado tarde para arrepentirse. 

—Él no escuchó mis súplicas—escupió con amargura—Tampoco escuchó las tuyas—volvió su mirada a Bellamy—No me tuvo piedad. Así que yo tampoco la tendré. 

"Es momento de que salves tu pellejo, pequeña borreguita. Déjalo ir ya". 

No lo dejaré morir. 

El olor metálico de la sangre me golpeó en las fosas nasales, emití un pequeño quejido cuando vi que de mis muñecas escurría sangre fresca. Voltee a ver a Bellamy, quien tenía sus manos en el nudo. 

"Es nulo, Elena. Solo te estás lastimando". 

Mordí mi lengua para volver a tirar de la soga, sintiendo cómo esta cedía en el agarre. Mi cabello se pegaba a mi frente por el sudor, el cual pasaba por mi espalda dejando un rastro helado. Tenía miedo de voltear a ver a Bellamy nuevamente. Tenía miedo de verlo morir frente a mi. 

"¿Tienes miedo de verlo morir por segunda vez frente a ti?". 

Un grito junto a unos golpes debajo de nosotros alteraron a Murphy, quien nos dedicó una mirada severa antes de de caminar por el lugar estando atentos a los ruidos. Un segundo grito hizo que Murphy volteara furioso hacia Bellamy. 

—Veo que tenemos visitas—alcancé a ver una sonrisa en sus labios, para que después se agarrara disparando al suelo. 

—¡Detente, Murphy!—gritó un desesperado Bellamy. 

—¡Deja de disparar, Murphy!—grité sintiendo una ansiedad asfixiante, mirando el suelo debajo de mis pies—¡Nos vas a matar!. 

Era cómo si estuviéramos en un campo minado, era cómo un juego de la suerte. Si Murphy le daba aun tubo con algún componente inflamable, nosotros volaríamos en pedazos. Eso mismo pasaría si Octavia seguía disparando en defensa. 

Murphy nos ignoró a ambos, sin detenerse en disparar a la suerte. Siguió así hasta que el rifle soltó un "click", anunciando que se había quedado sin balas.  Casi instantáneamente los disparos de abajo también se detuvieron. 

Bellamy hizo intento de zafarse del nudo, pero Murphy se dio cuenta de sus intenciones. Corrió hacia él para patear el banco que yacía debajo de sus pies, justo cómo Bellamy había hecho antes. 

 —¡No!—grité sin poder evitarlo, sintiendo un ardor en mi piel. 

Tiré de la soga una vez más, sin importarme que la sangre ahora manchaba mis manos y goteaba al suelo. Podía sentir el terror de Bellamy, al igual que su desesperación por conseguir aire.  El pobre chico luchaba contra el nudo para buscar quitárselo de alguna manera. 

Un calambre pasó por mis manos haciendo que tenga que suprimir un grito de dolor.

Por favor...

—Oh, sí. Casi lo olvido—mencionó Murphy soltando el rifle para acercarse a Bellamy—Ese día yo tenía las manos atadas. 

Bellamy estaba rojo del rostro, sus ojos lagrimeaban y su cuello estaba pálido. 

"Ya burlaste a la muerte una vez, borreguita. No le gustará que lo hagas dos veces". 

Bellamy no está muerto. 

TORMENTA |Bellamy B.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin