CAPÍTULO 43

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—A veces tienes que dejar ir a las personas...—susurró una voz en mi cabeza—Algunas veces duele, otras no tanto. 

Mis ojos pesaban, no podía abrirlos, tenía miedo de hacerlo. Pero no sabía dónde estaba tampoco, ni con quien estaba. 

—¿Realmente vivimos, Elena?.

Un cálido aliento me golpeó en la cara, pero aún así, seguía sin abrir los ojos.

—¿Realmente sabemos amar?.

Sentí un cosquilleo en la punto de los dedos de los pies, seguido de un ligero escalofrío. Podía escuchar el sonido de una cascada no tan lejos de dónde me encontraba. 

¿Y dónde me encontraba?.

—Elena. 

Abrí los ojos cómo un auto-reflejo, pues la voz resultó ser conocida esta vez. Lo primero que vi fue una luz que me cegó por unos segundos, haciendo que vuelva a cerrar los ojos. Volví a abrirlos, intentando enfocar mi visión a lo que tenía en frente. 

Estaba en un claro, teniendo al frente una cascada que daba paso a un enorme lago. Miré a mi alrededor viendo que había muchísimos árboles, animales y flores. Una risa salió de mi garganta sin que pueda evitarlo, una felicidad enorme me estaba consumiendo en éste momento. 

Me sentía en casa. 

Me sentía en paz

—Es bueno saber eso, ¿sabes?—escuché una voz detrás de mi, me voltee para saber de quien era—Empezaba a creer que el joven Blake no era en realidad el motivo de mi existencia. 

—¿Tú eres mi luz?—pregunté sin poder esconder mi sorpresa, él sintió. 

La verdad yo pensaba que sería una mujer la que se me presentaría algún día, pero resultó ser todo lo contrario. En frente de mi, tenía a un hombre joven, aparentaba tener la edad de unos 25 años. Tenía el cabello castaño de un color muy claro, casi parecía rubio. Sus ojos eran de color cobrizo, si es que no eran dorados directamente. Su cuerpo era musculoso pero a la vez delgado. 

Era guapo. 

—¿Estoy muerta?—pregunté cuando caí en cuenta que no estaba en el campamento ni en la Tierra. 

—No—contestó dando unos pasos hacia mi—Pero casi lo estabas.

—¿Qué?—pregunté sintiendo cómo la saliva se atoraba en mi garganta. 

—Elena, tu cuerpo humano murió el día en que ese rayo le cayó encima—respondió con un tono obvio, una sonrisa se asomaba en sus labios—¿Crees que hubieras sobrevivido sin nosotros?. 

Abrí la boca en una pequeña "o" procesando lo que me acababa de decir, pero pronto mi calma se transformó en ira. Lo voltee a ver con mi ceño fruncido, mientras acortaba la distancia entre los dos. Era alto, incluso más que Bellamy, pero es no me impidió darle un golpe en la mejilla. 

Él soltó un jadeo. 

—¿Qué les pasa a ustedes los humanos que siempre son tan violentos?—preguntó mientras se llevaba una mano a la mejilla que había golpeado. 

—¿Por qué me lanzaste un rayo?—pregunté alzando la voz, exigiendo la respuesta. 

Él alzó una ceja mientras se cruzaba de brazos, podía jurar que me estaba viendo con una mirada burlona disfrazada de seriedad. 

TORMENTA |Bellamy B.Where stories live. Discover now