TORMENTA |Bellamy B.

CAPITULO 10

Después de la contestación de Bellamy, éste dio media vuelta y se fue hacia un grupo de jóvenes. Fruncí el ceño y tragué en seco. ¿Qué quería saber él de mí? ¿Por qué tanto interés?. 

Le preocupa que tan peligrosa puedes llegar a ser. 

Cerré mis ojos y sacudí mi cabeza en una negativa. No tenía tiempo para pensar en esas cosas. Suspiré y me encaminé hacia la nave, la cual se encontraba más llena de lo habitual. Personas iban caminando por todas partes; algunas conversando y otras con objetos en las manos. Todos tenían una tarea en específico. 

Vi a Octavia a lo lejos, parecía nerviosa con mi presencia. Volteo por unos segundos a algo detrás de ella, después a mi y al final optó por ponerse de mi. Se acercó a mí y me sonrió muy levemente. 

—Las dejo solas...—dijo en un susurro y después salió de la nave. 

La seguí con la mirada y pude ver que se encontró con Atom, alcé las cejas sorprendida. Debo preguntarle más tarde que se trae con uno de los secuaces de Bellamy. 

—Elena—escuché mi nombre y giré hacia el sonido, mi mirada se endureció al ver quien era—¿Podemos hablar?. 

Asentí con la cabeza y Clarke suspiró, le tendió el trapo húmedo a Monty y éste lo tomó en silencio. Clarke se puso de pie y con la cabeza me indicó que subieramos al piso superior. La seguí en silencio, captando así las miradas de los que se encontraban en la nave. 

Clarke cerró la compuerta una vez que entré, se quedó quieta sin dirigirme la mirada. La observé y pude ver que su rostro, antes cálido, ahora se mostraba pálido y lleno de cansancio. 

Supongo que yo me veía igual. 

—¿Qué fue lo que dijiste, Griffin?—pregunté tosca. Ella se encogió de hombros y pareció insegura por un momento—¿No fui sedada solo por que sí, verdad? Todo esto ya era un plan. 

Ella tragó saliva. 

—No, yo no sabía que iban a cedarte. A mi también me sedaron antes de entrar a la nave. Yo no sabía nada de este viaje—empezó a decir de una forma algo rápida. Sus ojos miraban a todos lados para no tener contacto visual—Antes de que me sedaran mi madre dijo que tu vendrías entre nosotros, ella me pidió vigilarte. No sé para qué exactamente. Pero dijo que era importante. 

Te lo dije. Nada más experimentaría contigo una vez llegando aquí. 

—¿Cómo se enteraron Chloe y los otros chicos?. 

—Yo... le dije por accidente a Chloe tu nombre—ella agachó la cabeza. 

Sonreí con ironía y solté una risotada carente de humor. 

—¿Accidente? Accidente el que casi me haces cometer—ella alzó la cabeza confundida—Casi mato a esa chica, todo por caer en sus provocaciones. Dime ¿qué habría pasado si la hubiera matado? ¡Muerta a Elena!. 

Clarke iba a contestar pero las palabras se quedaron en su boca. Miró con asombro y terror mi rostro. Con un dedo tembloroso me señaló. 

—Tus... tus ojos—dijo confundida y asombrada. 

—¡Ya sé cómo están mis ojos!—grité furiosa. Sabía que tenía venas exaltadas negras alrededor de ellos—Escúchame bien, Clarke. Porque solo lo diré una vez. 

Me acerqué a paso lento hacia ella, la rubia no retrocedió. En cambio, pareció enderezarse y analizar mis movimientos. Como una presa buscando alternativas de salida. 

Te gusta ser el depredador, lo sé muy bien. 

—Bastante sangre ha de manchas mis manos—dije con voz sombría y lenta—No las llenaré más por tu culpa. La próxima vez que cometas un accidente... lo pagaré contigo.