CAPITULO 8

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"¡Eres un monstruo! ¡Una amboniación."

"Me arruinaste la vida."

"Ojalá y los doctores del Arca busquen la forma de matarte."

—¡Mátenla! ¡Maten a ese demonio!—los gritos de mi madre sonaban por todo la sala llena de científicos y guardias. Sus gritos denotaban horror y odio hacia mi. 

Voltee a verla y pude ver a una mujer de cabello negro -el cual estaba pegado por toda su cara-, con la cara roja y los ojos azules mirando todo con horror. En su cuello había unas pequeñas marcas de manos, la cuales estaban gracias a mi. 

Había intentado matar a mi propia madre. 

—Lo siento—dije esperando a que me escuchara, pero yo apenas pude oír mi voz. 

—Llevense a la madre de aquí—ordenó una mujer de cabello rojo, sus ojos verdes inexpresivos me miraron para después dirigirlos a uno de los guardias que estaba en la puerta—Y procuren que no corra hacia la farmacia. 

—¿Qué pasará con la niña?—preguntó un chico moreno de ojos grises. Su mirada denotaba nerviosismo y preocupación. 

—Theo, no te preocupes por ella—sonrió con malicia—No saldrá viva de aquí—esto último lo dijo susurrando. Pero como la sala estaba en silencio logré escucharla. 

—Tiene 13 años, Alaska—dijo el joven en un tono amargo—¿Saben qué? No formare parte de esto. 

Dicho esto se encaminó a la puerta, pero el guardia que se encontraba en ella lo apuntó con su arma. Theo se volteó indignado hacia Alaska. Ella se encogió de hombros. 

—Aportas o mueres—dijo tan sencillamente que hasta a mi me dio miedo. 

—Es una niña.

—Una niña que ha cobrado muchas muertes—dijo con desprecio—Su propia madre la ve como un fenómeno. 

—¡No es su culpa!—gritó—¡No es culpa de ella tener esa habilidad! 

—¡¿Para ti eso es una habilidad?!—gritó de vuelta la de ojos verdes. 

Se acercó a una mesa donde había una jeringa con un líquido amarillo. Lo miré asustada viendo como me apuntaba con ella. 

"Mátala... Sé que quieres"

Cerré los ojos con fuerza intentando zafarme, pero no pude. Las esposas estaban muy duras para poder romperlas. 

—¡Esa niña es una asesina!—dijo como si fuera lo obvio—Aún no entiendo porque Thelonius no la ha flotado. Todo lo que toca su sangre lo echa a perder. Toda ella es un claro signo de muerte. 

—Es una niña asustada que no comprende lo que le pasa—dijo Theo intentando hacerla entrar en razón. 

—No lo creo—dijo Alaska para después encajar la jeringa en mi brazo. 

Grité mientras sentía como ese líquido recorría mis venas y como el aire empezaba a faltarme, mis ojos no podían distinguir las figuras que tenía enfrente. Mis oídos solo escuchan un pitido molesto. Mi cuerpo entero gritaba de dolor. 

"Mátala... Sé que quieres". 

Hice un último intento de abrir mis ojos y pude ver su sonrisa satisfactoria, a su lado, el cuerpo sin vida de Theo. Cerré los ojos con fuerza y me concentré en lo que había a mi alrededor. En la silla y esposas que me sujetaban, en los guardias que había en el lugar y los científicos que anotaban todo lo que pasaba alrededor. 

TORMENTA |Bellamy B.Where stories live. Discover now