24. Con Natalia todo es más fácil

2.5K 152 1
                                    

Me despierto e intento dormirme de nuevo cuando veo que son solo las 7:30 de la mañana. Después de unos minutos dando vueltas, decido levantarme.

Mi hermana y mi madre aún no se han levantado. Ayer nos dieron las tantas hablando y al final nos acostamos tarde. Lo que no sé es qué hago yo levantada.

Hace un sol increíble en Elche y me acuerdo de que hace mucho que no salgo a correr por las mañanas. Hace tiempo, tenía como costumbre correr cada mañana, pero con los estudios, el trabajo y sobre todo la pereza, al final lo acabé dejando de hacer.

Cojo el móvil y doy los buenos días a Nat por WhatsApp. Hace ya una semana que me fui de Madrid y la echo mucho de menos. Hablamos prácticamente todos los días, pero no vernos nos está costando más de lo que esperábamos. La morena me contesta a los pocos segundos.

"¿Quién eres tú y qué has hecho con Alba? Porque mi rubia no se levanta a estas horas ni aunque la paguen..."

Me río en alto y cojo un plátano para desayunar.

"Ja ja ja, qué graciosa. No sé, no me podía volver a dormir y ahora me iré a correr" Respondo.

Subo a la habitación cuando acabo de desayunar para ponerme ropa cómoda. Unas mallas, un sujetador deportivo, unas zapatillas y listo. Recojo mi pelo en un moño despeinado. Me agacho para atarme los cordones cuando mi móvil suena de nuevo.

"Enserio... ¿tienes fiebre o algo?"

"¡¡Eres idiota, Nat!!"

Me río por su tontería y conecto el móvil a los cascos. Escojo una playlist cañera para animarme y empiezo a correr. Después de unos minutos subo el ritmo, pensaba que iba a estar en peor forma por la carrerita que me metí cuando tuve que ir al taller el día que conocí a Nat. Inconscientemente sonrío, parece que fue hace años y tan solo han pasado unos meses.

Conocer a Natalia ha sido un soplo de aire fresco para mí. Su descaro, sus bromas infinitas, su chulería, su mirada, sus pequeños dientecitos cuando sonríe, sus tatuajes... Todo. Me vuelve loca todo de ella. Estoy encoñada perdida.

Empiezo a estar cansada por no poder concentrar toda mi atención en mi respiración. Subo la música a tope para acallar mis pensamientos. Sin querer, mis pasos llegan hasta la playa. Miro el mar por un momento y bajo para correr por la arena con mis zapatillas en la mano. Las olas que llegan a la orilla mojan mis pies, refrescándome.

He pasado tanto tiempo en esta playa... Es una de las cosas que más echo de menos en Madrid. La tranquilidad que me transmite es increíble. Cuando vivía en Elche, siempre venía aquí para todo. Cuando estaba triste, quería inspiración o simplemente quería relajarme este era mi lugar. La música se para de repente y miro el móvil. Natalia me está llamando. Me paro y mi respiración está agitada cuando contesto.

- Hola, nena. - Su voz a través de la línea hace que sonría. Respiro hondo antes de contestar para acompasar mi respiración agitada por la carrera.

- Hola, Nat.

- ¿Aún te pillo corriendo?

- Sí - Contesto alargando la "i". Oigo su risa.

- Vaya, pensé que no durarías ni 5 minutos.

- Estás muy graciosa tú hoy, ¿no?

- ¿Yo? Siempre.

- Pues para que lo sepas... - Ando por la orilla dando pequeñas patadas al agua que llega. - estoy muy muy en forma.

- Espero que me lo demuestres cuando vuelvas a Madrid.

- ¿Qué quieres que echemos una carrera?

- Me refería a otros ámbitos... - Mi respiración, que ya había vuelto a la normalidad, comienza a hacerse pesada. Dejo pasar el tiempo unos segundos buscando las palabras perfectas. ¿La sigo el juego?

Secretos InconfesablesWhere stories live. Discover now