48. Se acabó la fiesta

1.1K 134 5
                                    

El ambiente es increíble, la música lo acompaña y la locura de mis amigos no hace más que mejorar la noche. Aun así, no paro de mirar la puerta de la discoteca y la hora del móvil cada pocos segundos. Natalia ha salido a buscar a Carolina hace más de 30 minutos. ¿Se estarán liando?

- Eso no es algo que haría María Villar. – Dice María cerca de mi oído.

- ¿El qué?

- Mirar a la puerta como una loca cada 3 segundos. – La rubia pone sus manos en mi cadera y comienza a bailar exageradamente haciéndome reír. - ¡Venga, Alba! Sin pensar.

Sin pensar.

- Creo que necesito un chupito.

- ¡Eso es sí es algo que haría María Villar!

Niego con la cabeza de forma divertida. A esta chica no hay quien le siga el ritmo, pero tengo que intentarlo. Avisamos al grupo de que vamos a la barra y se unen a nosotras. Esta noche promete. Tardamos bastante tiempo en recorrer la distancia que hay entre la pista y la barra por la cantidad de gente que hay.

- ¡Ronda de chupitos! – Grita María y todos chillamos.

Miro la puerta una última vez cuando Natalia y Carolina aparecen en mi campo de visión. Las dos parecen felices y sus manos están unidas mientras caminan hacia nosotros. Suficiente. Me tomo el chupito de una estocada. El líquido arde en mi garganta.

- ¡Hey, chicos! – La voz de Natalia detrás de mí hace que me gire. Carolina simplemente nos saluda con la mano y todos las reciben con dos besos.

- ¡Otra ronda! – Pido, evitando así tener que saludar a las recién llegadas. La mayoría rechaza los chupitos y se van a la pista a bailar. Qué aburridos. En la barra solo quedamos Natalia, Carolina, María y yo. - ¡Cuatro chupitos más! – El camarero nos los da a los pocos minutos y yo los reparto entre todas evitando mirar a Natalia en el proceso.

- Alba, ya sabes que no bebo. – Dice la morena.

- Hostia, es verdad. No te preocupes. – Le quito el vaso de las manos y me bebo el suyo y el mío en cuestión de segundos.

- La verdad es que a mí no me apetece mucho. – La voz de Carolina me está empezando a sonar irritante. Le quito su vaso de la mano y me lo bebo también.

- Sois tal para cual. – Digo. María me mira perpleja, aún con su chupito en la mano.

- Eso también es algo que diría María Villar. – Me río y chocamos nuestras menos.

Pido dos chupitos más y dos cubatas al camarero para María y para mí. El pobrecito tiene que estar harto. Natalia y Carolina sigue detrás de nosotras. Si no van a beber, ¿qué coño hacen en la barra? Noto la mirada penetrante de la morena en mi nuca. Sus manos ya no están unidas, al menos tienen un poco de respeto. Alejo esos pensamientos de mi mente bebiéndome el chupito que acabo de pedir. No puedo pensar. María no pensaría en estos momentos, así que yo tampoco.

- Divertíos, chicas. – Me despido antes de tirar de María hacia la pista. La mirada de desconcierto que me regala Natalia me hace reír. O puede que sea que todo el alcohol que he ingerido comienza a hacer efecto.

En cuanto nos unimos al grupo, el desenfreno se dispara. Es nuestra última noche de fiesta en Almería y se nota. Marta, Sabela y Julia cantan a gritos el temazo que está sonando. África, María y yo perreamos hasta el suelo. Miki, Carlos y Joan intentan imitarnos sin muchos éxito. Natalia y Carolina, un poco más discretas, bailan sin dar tanto la nota como los demás. Todos nos reímos sin parar y disfrutamos como nunca. El alcohol ya ha comenzado a afectarme, pero eso no me frena y me encamino a la barra a por otro cubata más. He perdido la cuenta de cuantos llevo.

Secretos InconfesablesNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ