Trigésimo Segundo Rugido

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*BUM*

Un cuerpo cayó bruscamente en la acera, rodando varios metros hasta quedar boca abajo. La calle a su alrededor parecía haber sido atacada por una banda de piromaníacos que habían dejado ese ambiente oliendo a quemado y medio destruido.

Reaccionando al fin tras unos segundos de golpear el piso, Liona Ruge sostenía su lanza con fuerza, usándola como punto de apoyo para volver a levantarse. Mientras se incorporaba y murmuraba malhumorada unos cuantos improperios en francés, la chica sentía que la cabeza le retumbaba como si una batería en su cerebro tocara un solo de punk.

- S-su propio cuerpo... - Murmuró Lionna Rouge. - ¡Ese maldito p-puede cargar su propio cuerpo con el Impulso!

La joven de rojo se esforzó al levantarse por sus propios medios, corriendo detrás de un auto a esconderse. Afortunadamente lo hizo, pues segundos después se pudo oír un rugido, seguido de una sádica risa que surcaba el cielo con velocidad.

- ¡Vamos, Lionna Rouge! ¡VEN AQUÍ Y ENFRÉNTAME! ¡¿ES QUE ACASO NECESITAS QUE DESTRUYA LA CIUDAD  PARA QUE VUELVAS A APARECER?

La heroína se dispuso a tomar aire y descansar un poco. No sabía en qué momento volvería a atacar William Furaha... O mejor dicho, Kingba. Sin embargo, era más que claro que ella estaba en desventaja total. Debía detener a ese monstruo antes de que hiciera más daño a gente inocente sólo para hacer emerger al portador del Miraculous de León. Pero cada vez que usaba sus poderes, ella sentía más dolor y cansancio. La derrota estaba cerca. No podia permitir que Kingba obtuviera el collar. Pero el tiempo se agotaba y sus fuerzas también.

- Esto es una locura. Usar el Impulso en sí mismo debería romperle los huesos... ¡Pero puede hacerlo las veces que quiera! Y encima, a diferencia de mí, este tipo no se cansa... Necesito derrotarlo, pero no tengo ideas. Yo solo resistiré usar el Impulso unase dos veces más antes de quedar inconsciente. ¡Si ese maldito akuma no le estuviera dando poderes...!

Entonces, la lanza de Lionna Rouge comenzó a vibrar. La mujer se quedó confundida unos segundos hasta que recordó la pantalla  oculta en la punta de su lanza. Tras activarlo, Lionna Rouge vio que su número como Alya recibió un mensaje de texto que tenía palabras muy confusas.

- Ocúltate cerca al camión antimotines y crea una nube de humo.

La heroína sintió un espinazo en la nuca al leer el mensaje. El número de contacto era el de Daniel. ¿Él estaba cerca? El que supiera que estaba a sólo unas casas de una tanqueta antidisturbios era prueba suficiente. Si ese era el caso, definitivamente seria aun mas peligroso quedarse cerca para el chico. No tiene un Miraculous, ¿Qué rayos pensaba hacer ese chico?

- No sé qué tienes en la cabeza... Pero ok. En este momento no tengo muchas opciones... ¡Hagámoslo!

Lionna Rouge llego hasta el vehículo de la policía y golpeó el suelo con sus manos.

- ÉLAN!

De pronto, Todo el polvo y escombros en el suelo  se elevó con violencia, entrelazándose en el ambiente y creando una pantalla de tierra en la que quedó envuelta. La nube de polvo se levantó por encima de los edificios, llamando pronto la atención de una monstruosa criatura.

- Vaya, vaya, vaya... ¡¿ESTE ES TU MEJOR INTENTO PARA PASAR DESAPERCIBIDA, LIONNA ROUGE?!

Dando una aterradora carcajada, Kingba giró en el aire de forma irreal y se impulsó hacia adelante para caer en el suelo de forma estrepitosa frente al polvo levantado. La tierra molestaba su nariz, por lo que el sujeto tenía unas cuantas dudas sobre entrar o no.

Entonces, la voz de Lionna Rouge sonó a sólo unos metros frente a él. 

- Vamos, galán. No querrás que se escape tu Miraculous, ¿O tienes miedo?

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleOnde as histórias ganham vida. Descobre agora