Vigésimo Octavo Rugido

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Se escuchó otra explosión de tierra en Central Park.

La bestia rugía desesperada. Lionna Rouge esquivaba sus ataques mientras seguía corriendo hacia su flanco derecho, como tan bien le había servido hasta ahora gracias a que los ojos de ese lado de la bestia habían sido lastimados.

La chica rompía mucho de su coraza mientras corría, había notado cuán vulnerable era su piel en el vientre y toda la zona inferior de su cuerpo, que además carecía de coraza siendo más sensible, por lo que herirlo ahí le sacaba unos quejidos aterradores. El monstruo se hundía en el suelo y emergía de él una y otra vez buscando atrapar desprevenida a la enmascarada, pero era inútil.

Lionna Rouge aprendido a seguir muchos de sus patrones, sintiendo las vibraciones en el suelo para medir la distancia a la que se encontraba la bestia. Aunque fuera rápida, esa criatura no tenía muchos trucos para enfrentarla, por lo que la joven Portadora ya lo tenía dominado. Pero ella misma trataba de armar una estrategia para ganar, pues sentía que sus renovadas energías se estaban agotando. Debía derrotarla antes de quedarse por completo sin energías.

La distracción que causaba el pensar en un plan de ataque no le dejaba prestar atención a su entorno, y esto no le permitió ver que las vibraciones hicieron ceder a un árbol detrás de ella. Lionna Rouge lo percibió demasiado cerca para poder esquivarlo, por lo que cerró los esperando el impacto pero el tronco se detuvo en plena caída. Lionna Rouge quedó sorprendida, rápidamente notando que el árbol fue atrapado por una especie de...

- ¿Cinta? - Dijo en voz alta, al momento de decirlo la cinta se tensó rompiendo el tronco en dos, dejando ver a una joven vestida de blanco que saltaba hacia ella con movimientos gráciles. Lionna Rouge quedó impactada al ver a la jovencita enmascarada caer a unos metros a su costado.


- ¿Estás bien? - Le preguntó seriamente, lo que hizo a Lionna Rouge mirarla sorprendida.

- Quién... Qué... ¿Quién eres tú? - Fue lo primero que pudo decir.

- Llámame The Swan. Vine a acabar esa cosa con tu ayuda.

Lionna Rouge estaba sorprendida por ver a una nueva heroína frente a ella, pero a estas alturas no había tiempo para presentaciones, pues el gusano se abalanzó sobre ambas, las cuales saltaron para evadirlo. Al perderlas de vista, la bestia se hundió en el suelo y desapareció.

- Supongo que volverá pronto. -Dijo The Swan seriamente. - Por favor, Dime todo lo que hayas averiguado sobre Saturnworm(*).

- ¿Sobre quién? - Preguntó Lionna Rouge confundida.

- ¡Habla del gusano! - Gritó Aria mientras corría hacia ellas acompañada de Ryuuko y los policías sobrevivientes.

- ¿Le pusiste Saturnworm? - Preguntó la heroína de rojo, a lo que Aria respondió con una amplia sonrisa.

- ¡Así es! ¿Te gusta? - Preguntó Aria, presumiendo el nombre que le dio.

- Esa es una referencia muy antigua. - Dijo el mayor de los policías, algo confundido.

- Lo mismo dije. - agregó Ryuuko. - Y no creo que aparezca diciendo su nombre tres veces seguidas frente a un espejo.

- ¡Cómo sea! - Interrumpió Aria enojada. - ¿Averiguaste algo sobre esa cosa?

- No mucho. - Dijo Lionna Rouge. - No parece tener muchas habilidades. Sólo entra y sale de la tierra cuando siente mis movimientos en el suelo. Pero su vientre es bastante vulnerable, pude herirlo fácilmente desde ahí.

- ¡Debe ser porque no tiene coraza en esa zona! - Agregó Aria. - Eso explicaría por qué no pudo arrastrarse con facilidad para atacarme.

- ¡Tiene un punto débil, Podemos dispararle ahí! - Añadió el oficial entusiasmado de hallar una ventaja.

- No servirá de nada si no podemos causarle daño real. - Agregó The Swan. -Somos pocos héroes, lidiar con esa cosa solos nos pone en desventaja.

- No tiene nada que ver. El Tríclope del centro médico Strange fue derrotado por sólo dos héroes. - Añadió Aria. - Además ahora tienes nuestro apoyo. ¡Dinos qué hacer y lo haremos!

La joven de blanco sonrió mientras el resto asintieron en señal de apoyo.

- Tengo un plan, pero no sé si vaya a funcionar...

...

Daniel y el taxista esquivaban varios autos mientras se desplazaban a gran velocidad. El hombre maniobraba de increíble manera, dejando en claro que no era mentira que alguna vez fue piloto de carreras.

- ¡¿Seguro que nos necesita una superheroína?! - Preguntó el hombre.

- ¡Así es, Ivan! - Respondió el joven, tratando de no salir volando a causa de la inercia. - ¡Ella necesitará una forma de escapar y yo voy ayudarla con eso!

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora