Décimo Rugido

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Las explosiones retumban por todo el lugar.

Aún siendo de noche, el normalmente calmado Centro Médico Strange estaba envuelto en un bullicio terrible, seguido por los berridos de una aterradora bestia y por potentes golpes brindados por dos exhaustos pero muy furiosos vigilantes.

K.Lion y Gevir habían logrado crear una estrategia que no dejaban de repetir para detener a su aterrador enemigo: Mientras uno levantaba polvo del suelo a base de patadas, pisotadas o usando su propia arma, el otro aprovechaba la polvareda para acercarse lo suficiente al monstruo y darle una brutal golpiza. Recién habían descubierto la incapacidad de este ser para ver a través del polvo y la aprovecharían al máximo.

Los golpes, dados con toda la potencia que tenían, estaban al fin surtiendo efecto. Ya habían roto gran parte de su coraza, lo cual les permitía acceder a la piel debajo de ésta la cual era mucho más sensible al tacto fuerte. La criatura, tan adolorida como enfurecida, sucumbía cada vez más ante la desesperación. Gritaba y movía los brazos tanteando en medio de la nube de escombros flotantes; pero sus ataques eran tan predecibles que para estos héroes, aún siendo novatos, era pan comido bloquearlos y contratacar con toda la furia que tenían, la cual es poco decir que era suficientemente alta como para hacer retumbar el suelo.

- BASTA... ¡YA BASTA, DEJAR DE MOVERSE! ¡¡NO PODER GOLPEARLOS!! - Repetía el monstruo en un tono que sonaba como un escalofriante berrinche.

- Lo siento, "Tríclope". ¡No encuentro muy atractivo el ser apuñalada! - Gritó Gevir en tono de burla, esquivando un golpe con facilidad.

- ¿Tríclope? - Repitió K.Lion confundido.

- Es el nombre que le dí. Por eso de que tiene tres ojos en realidad. ¿Te gusta? - Aclaró Gevir, dando un salto y dislocando el hombro del monstruo de un martillazo.

- ¡Pues se oye muy bien, aunque tendré que apuntarlo para recordarlo! - Dijo K.Lion mientras dejaba otro doloroso arañazo a la bestia en la espalda con su lanza.

Los dos daban todo de sí para poder debilitar a la bestia. Por más exhaustos que estuvieran, el ver que sus esfuerzos rendían frutos al fin les renovó las energías y su ímpetu aumentó junto a su agresividad. Pero el final aún estaba lejos de llegar.

La bestia empezó a mover sus brazos de un lado al otro con fuerza. Estos aspavientos, los cuales al principio, parecían una pataleta ridícula, pronto Gevir y K.Lion se dieron cuenta del verdadero objetivo tras este errático movimiento.

- Esa cosa se dió cuenta de lo que hacemos... ¡Está agitando los brazos para alejar el polvo de sus ojos! ¡Retrocede! - Gritó Gevir, montando en cólera.

- No podemos dejar de atacar ahora...¡Tiene la coraza muy debilitada por nuestros golpes, nunca estaremos más cerca de derrotarlo, Bravir!

- ¡¿"Bravir"?! ¡Te dije que me llamo Gev...!

Pero la chica no pudo completar su reprimenda; pues la bestia se acercó agitando los brazos con la intención de atacarla. Daniel sólo pudo abalanzarse sobre ella y a duras penas lograron esquivar el golpe. Ambos rodaron varios metros lejos de la criatura y lo miraron de lejos. Aún cuando el ser se estampó contra una pared, seguía moviendo los brazos con frenesí; como un insecto puesto patas arriba.

- ¡Definitivamente sabe lo del polvo. Necesitamos una nueva estrategia! - Gritó K.Lion, enojado.

Él y Gevir resoplaban muy cansados, apenas y pudiendo tenerse en pie.
La bestia se abalanzó sobre los héroes y K.Lion iba a atacarlo con su lanza, pero su pie chocó contra algo que parecía moverse. Al fijarse hacia abajo, el héroe se sorprendió de ver al ensangrentado y herido oficial que la criatura sostenía por el cuello cuando llegaron, el cual estaba agazapado en el suelo aterrado. K.Lion tomó al tipo y lo cargó con facilidad sobre su hombro, saltando junto a Gevir lejos del alcance del monstruo.

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleWhere stories live. Discover now