Trigésimo Primer Rugido

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- ¿Quién demonios eres?

- A-acabo de decirlo. Mi nombre es Farfalla...

- Y quieres hacer un trato conmigo. Te oí la primera vez. Pero eso no me dice nada de ti. Ni tu identidad, ni tus intenciones, ni qué tiene que ver esa mariposa negra contigo.

- Vaya. En verdad creí que sería más fácil ayudarte...

- Perdona la desconfianza. Las voces que hablan en mi cabeza en lugar de estar frente a mí no me inspiran mucha confianza.

- Suena razonable. Entonces te explicaré. Te acabo de dar parte de mis poderes para que puedas enfrentarte a Lionna Rouge.

- Interesante... ¿Por qué?

- Porque mientras menos Portadores de Miraculous haya allá afuera, mejor saldrán mis planes.

- Y luego de derrotarla, ¿Tendré que entregarte el Miraculous? Ni hablar...

- Para nada. Es todo tuyo. A mí no me serviría de nada. Claro que, mi único pedido seria que no olvides la ayuda que te doy. En el momento adecuado te pediré un favor y, aunque no puedo obligarte, agradecería que me ayudaras ese día.

- Entonces... Me das tus poderes para derrotar a mi enemiga, me quedo con lo que quiero obtener de ella y a cambio solo tendré que ayudarte cuando me lo pidas. ¿Y no habrá ninguna repercusión?

- ¿Sigues sin confiar en mí?

- Vaya... ¿Tuviste que leer mi mente para saber eso?

- Bien. Si prefieres... Mi poder sólo estará en ti por treinta minutos. Después de ese tiempo, ganes o pierdas, te abandonaré a tu suerte. ¿Eso suena mejor para ti?

- Nada en esta conversación suena bien, Farfalla. Así que sólo hagamos esto.

- Perfecto. Entonces tu nombre va a ser...

-KINGBA!!

Una sombra de energía color púrpura brillante envolvió a William, mientras su cuerpo empezaba a transformarse. Lionna Rouge lo encontró gracias a su grito, y bajó hacia él a la vez que veía impactada el cambio por el que pasaba el hombre.

- ¿Qué demonios...?

La mujer de un salto cayó frente a la sombra de energía que envolvía al Furaha, justo cuando se dispersó y mostró una imagen aterradora. Ahora se alzaba una musculosa figura de dos metros y medio, con su cuerpo recubierto de un pelaje rojizo. Su cabeza era la de un león, el cual tenía una larga y aterradora cicatriz en el mismo sitio donde William la llevaba. Esta marca, junto a sus enormes ojos violeta y una macabra sonrisa con muchos colmillos, mostraban una imponencia aterradora. Su ropa era idéntica a la de K.Lion, solo que con un aspecto más bestial y amenazante, además que la línea blanca que tenía en medio del torso creaba la silueta de una mariposa en sus pectorales. Tenía garras en las manos y sus piernas eran como las patas traseras de un León, además de una cola muy larga.

La musculosa e imponente figura lanzó un rugido cargado de furia mientras alzaba las manos, y con ellas golpeó el suelo tan fuerte que las estructuras cedieron y el edificio empezó a derrumbarse.

- ¡Maldición!

Lionna Rouge saltó con toda su fuerza del sótano y empezó a huir de los escombros que caían. Sin embargo, por más que corría y saltaba, ella misma se dio cuenta que no podría huir a tiempo.

- ÉLAN!

La heroína cargó su propia lanza con la energía mágica, y ésta la lanzó varios metros hacia el cielo, huyendo del derrumbe sin problemas.

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleWhere stories live. Discover now