Quinto Rugido

129 16 25
                                    

- Bien, "Golpeadora de villanos", cuento contigo entonces. - Dije con una sonrisa.

Choqué el puño de la misteriosa vikinga llamada Gevir con el mío y, luego de verla asentir sonriente, ambos empezamos a correr por los techos, siguiendo a los criminales de la manera más silenciosa.

¡Era increíble tener compañía! Sólo llevaba unas semanas con mis poderes, pero no podía evitar sentirme un poco solo. Obviamente ser héroe trataba de un trabajo solitario. Pero aquí estaba. Por alguna descarada curiosidad de la vida, corriendo junto a otro superhéroe, tal y como quería. No me tomo más de unos días encontrar justo lo que quería...

- Un compañero... - Murmuré.

Sin darme cuenta, empecé a recordar la tercera cinta de mi abuelo, la cual oímos Ngonni y yo horas antes de salir el primer día que quisimos probar si podíamos encontrar otros Portadores de Miraculous.

"Umzukulu querido... Estas últimas cintas se tratan de cosas que estoy seguro que en algún momento necesitarás oír: La compañía es algo que todos buscamos alguna vez. Y eso está bien."

"Casi llegaba a los 25 años cuando conocí a tu abuela. Era una chica de Inglaterra que estaba enamorada de África y su cultura; al punto que apenas cumplió dieciocho años huyó de casa a conocer mi continente. Ella era una mujer intrépida e irritante con una curiosidad demasiado alta; por lo que cuando la conocí había sido atrapada por unos traficantes de diamantes."

"Luego de detener a estos criminales, ella quedó maravillada por lo que hacía y empezó a insistir en querer acompañarme a recorrer el continente africano ayudando a la gente. No podía permitir que ella estuviera en peligro sin un Miraculous que la cuidara; pero su terquedad jamás le dejó hacerme caso, tirándose de cabeza en mis peleas. Acabé manteniéndola junto a mí para evitar que termine en líos de los que no iba a escapar si no tenía mis poderes. Pero, aunque comenzó como una compañía que acepté a regañadientes, terminó por encender mi corazón de forma muy cálida. Había Sido acompañado por otras personas a veces por mera necesidad de conocer el terreno o el idioma de donde estaba; pero jamás había tenido un compañero y amigo en toda la extensión de la palabra."

"No había notado cuán dolorosa puede llegar a sentirse la soledad. No conocí a mis padres y no tenía hermanos. Sólo había tenido que velar por mí mismo; por lo que no había sentido necesidad de verme acompañado por otro humano. Pero tu abuela me demostró qué se siente desear estar con alguien. Desear que esa persona no se aleje de ti. Anhelar su bienestar a toda costa y hasta arriesgar todo para saber que ella estará bien al final..."

- ¡Oye, Lion-Man! ¡Te estás pasando de largo!

De pronto, la voz de Gevir me hizo parar en seco. Ella tenía razón; no debí perderme en mis recuerdos, porque la distracción casi me hace seguir en línea recta y alejarme de los secuestradores. La vikinga me guío de vuelta y juntos retomamos la persecución.
Los tipos habían caminado por casi una hora, y al fin vimos hacia dónde se dirigían: una bodega de gran tamaño; iluminada aún a altas horas de la noche. Se notaba bastante vieja; hecha de ladrillo antiguo con ventanas amplias pero muy separadas entre sí y con un techo de calamina metálica.

- Bien, parece que llegamos al nido de alimañas. - Dijo Gevir esbozando una sonrisa maliciosa.

- ¿Como sabías que estaban aquí? - No pude evitar preguntar.

Gevir volteó a verme, desapareciendo su sonrisa.

- Uno de tus primeros actos como héroe fue salvar a una oficinista de unos ladrones, ¿Verdad?

No pude evitar dar un respingo.

- ¿Cómo lo supiste?

- Ya buscaba a estos secuestradores por esos días y, una noche, logré encontrar a todo un grupo de ellos noqueado. Minutos después te vi saltando entre los edificios. Subí a un techo y me di cuenta que definitivamente tenías algo que ver con esa pandilla acabada. Cuando mi investigación me llevó a oír cómo una mujer estaba agradecida con un Hombre-León por salvarla de unos ladrones, fue fácil atar cabos y darme cuenta que fuiste tú. - Terminó Gevir guiñando un ojo mientras golpeaba mi hombro en gesto de aprobación.

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleWhere stories live. Discover now