Vigésimo Noveno Rugido

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- ¿Una bola de papel?

- Sí. Una bola de papel.

Daniel miraba con el ceño fruncido el objeto que tenía en la mano sentado sobre la cama del cuarto de hotel frente a Alya. La joven estaba sentada en el sofá comiendo de una enorme fuente de macarons, mientras Ngonni estaba sentada en la mesita de noche frente a ellos comiendo la quinta barra de chocolate desde que despertó.

Luego de llegar al hotel y tratar sus heridas con la milagrosa pomada de Ngonni, Alya había dormido varias horas hasta despertarse a las diez de la noche y pedir mucha comida a la habitación. Mientras comían, decidieron discutir todo lo ocurrido ese día.

- ¿Te sorprende que no sea algo más místico? - Preguntó Alya mirando divertida la expresión confundida de Daniel.

- ¡N-no! Bueno, sí la verdad. - Empezó a decir el chico. - Se supone que es el corazón de un gusano asesino gigante. ¿Y es una bola de papel?

- Que no te sorprenda. He visto hasta chupones de bebé convertidos en la fuente de poder de Sentimonstruos. - Replicó la joven riendo con algo de ironía.

- Pero esos objetos debían ser purificados por Ladybug para perder su poder, ¿No?

- Sí y no. - Agregó Alya. - Ladybug debía primero romper o destruir el objeto afectado para liberar al Akuma o al Amok y ella pudiera purificarlo, casi siempre con ayuda de Chat Noir. Pero esta bola de papel no fue poseída por algo más, sino que obtuvo su poder directamente

- Y todo su poder se perdió en cuanto dañaste la bola de papel. - Agregó Daniel. - Es como si en lugar de purificarse, estos objetos afectados deben ser destruidos directamente.

- Bueno, eso hace todo más fácil. - Dijo Alya. - No necesitan tener a Ladybug aquí para ganar. Lo malo es que, al no estar aquí, ella no puede restaurar los daños.

- Por lo que Central Park seguirá destruido... - Añadió Daniel mirando hacia la televisión, lo que hizo a Alya y Ngonni también dirigir la mirada a la pantalla donde se transmitía otra vez la pelea contra la bestia que Alya llamaba Saturnworm. El monstruo causó gran cantidad de daños al Central Park y dejó varios oficiales lesionados.

Pero sin duda la consecuencia más grave fue la desaparición de tres policías. Segun información dada por el Departamento de Policía de New York, el oficial novato Hernán Ortega y el veterano Gil Graves fueron los desafortunados testigos de cómo una monstruosa criatura devoró a los oficiales Jolyne Jones, Tony Zeppeli y Lionel Abbacchio. Ellos afirmaban que la criatura se tragó a sus compañeros y que, en medio de la batalla, casi fueron asesinados por ella. Lionna Rouge los salvó, pero quedaron inconscientes y no supieron qué ocurrió luego.


- Merci Beaucoup, oficiales. - Murmuró Alya sonriendo.

- Al menos estás bien y a salvo. Tu identidad era nuestra principal preocupación. - Agregó Ngonni. Pero ninguna de los dos les prestó atención. El kwami comenzaba a acostumbrarse a ser ignorada de esa forma, aunque seguía siendo molesto para ella.

- ¿Aún te sientes exhausta? - Preguntó Daniel.

- ¡Bastante! - Bromeó la morena. - Pero sólo tengo que comer y dormir bien. ¿Quién diría que algún día tendría que darle la razón a mi hermana Nora?

Alya reía, pero Daniel estaba seguro de que la joven lucía bastante cansada. Y no entendía por qué.

- Eso no servirá. - Sentenció Ngonni, y ambos la miraron confundidos.

-¿Qué? - Dijo Daniel.

- Oh, ¿Ahora sí me oyes? - Se burló el kwami.

- No bromees. ¿Sabes por qué Alya está exhausta? - Repitió el chico malhumorado. Ngonni suspiró y empezó a hablar con Daniel de forma monótona, como si se tratase de un reproche.

- Desde que fui hallada por tu abuelo hace varias décadas, no he tenido otro portador que no sean él salvo muy pequeñas excepciones. Y basándome en la sensación que capto desde el interior del collar, mi única conclusión es que nadie que no tenga tu sangre en las venas va a resistir mi poder por mucho tiempo.

Daniel empezó a preocuparse mientras Alya la miraba enojada.

- No es posible... - Murmuró Daniel.

- ¡Eso es una tontería! - Protestó Alya. - Los Miraculous están hechos para que cualquiera los use, sin importar de cuál sea su sangre o ascendencia. ¡He visto a más de una persona usando el Miraculous de Ladybug sin salir lastimada, y es el más poderoso de todos!

- Puedes enojarte cuanto quieras, Alya Cesaire. Pero yo no soy como los demás Miraculous. Mi poder es algo que cada vez soportarás menos y eventualmente no podrás usarlo sin salir lastimada.

- Espera. - Empezó a decir Daniel, quien empezó a atar cabos. - si es cierto lo que dices, significa que...

- ... Que da igual a quién escojas, Daniel, porque esa persona no podrá cumplir con el puesto de Portador por más de unas semanas. Tú eres el único que puede ser K.Lion.

Alya miraba con impotencia y cólera a Ngonni mientras Daniel quedó tan impactado que resbaló del borde de la cama y cayó sentado en el suelo. Alya se estaba levantando para ayudarlo, pero el chico hizo un gesto para indicarle que estaba bien. Pero en el fondo, no podía sentirse peor.

De la nada, un sollozo captó su atención. Ambos portadores voltearon a ver la televisión, de donde provino un llanto tan fuerte que aún en bajo volumen se hizo escuchar. En la pantalla se mostraba a una joven pelirroja que lloraba de rodillas en el suelo mientras era captada por las cámaras, y los títulos la nombraban como la pareja de la oficial Jones, una de las tres víctimas del Saturnworm.

La joven gimoteaba hecha un mar de lágrimas mientras era levantada por dos oficiales que trataban de empujar las cámaras, y un reclamo de ira quedó grabado en la cabeza de Daniel y Alya.

- ¡¡... Esto es culpa de los enmascarados!! ¡Mi Jolyne cumplía su deber encarcelando a estos criminales! Ellos no deberían estar aquí. Ellos atrajeron a esas bestias. ¡¡Es su culpa que yo deba enterrar a mi esposa esta noche, y ni siquiera tengo un cuerpo al cuál enterrar...!!

Alya presionó el botón de "Mute" antes de que la joven siguiera hablando y tiró el control remoto al sofá. Ella empezó a balbucear enojada improperios en francés mientras pasaba sus dedos a través de su cabello. Daniel se quedó cabizbajo en silencio. 

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleWhere stories live. Discover now