Décimo Noveno Rugido

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*BOOM!*

Un destello escarlata iluminó la habitación entera. Cuando el destello se apagó, Alya se miró en el espejo de cuerpo entero situado en la pared del hotel. Al principio pensó que había regresado a su forma de Rena Rouge, pero no tardó en reparar que su aspecto era distinto. Su cabello corto rojizo se había vuelto muy largo, esponjoso y de un solo tono. Parecía una enorme melena que iba atada en una larga cinta hasta llegar a un mechón suelto que emulaba la cola de un león, y a los lados de su rostro colgaban dos mechones largos de cabello también atados en cintas que cubrían sus orejas. Veía dos pequeñas orejas redondas sobre su cabello parecidas a las de un león, un antifaz rojo con amarillo cubriendo su rostro y un traje rojo con una línea blanca en medio. Llevaba guantes de color negro que cubrían por encima de su codo, y botas del mismo color cubriendo hasta la mitad de sus muslos.

- Wow... ¡Me veo Increíble! - Exclamó mientras apreciaba su figura muy complacida. - ¡Había olvidado lo bien que se lucía uno en estos trajes!

Alya revisó por varios segundos el espejo hasta que cayó en cuenta que perdía tiempo.

- ¡Vamos, Alya, concéntrate! – Exclamó mientras golpeaba suavemente sus mejillas con las palmas de las manos. - Ya habrá tiempo de modelar frente al espejo. Ahora, ¡Empecemos a rastrear!

La joven aprovechó su olfato mejorado para captar las esencias que tenía a su alrededor. Tal y como ella supuso, las habilidades y sentidos eran aumentados por los poderes del Miraculous que llevaba puesto. Le tomó sólo unos segundos hallar la esencia de Daniel, la cual la llevaba hacia la escalera de incendios. Alya sabía que salir de su dormitorio con esa vestimenta llamaría demasiado la atención.

- Su olor sale de este hotel. ¡Saldré por la ventana y retomare la búsqueda afuera!

Dichas estas palabras, Alya usó su increíble agilidad para saltar por la ventana y sostenerse del balcón justo antes de caer al vacío. En milésimas de segundos saltó hasta los balcones de las habitaciones contiguas. Esta agilidad era superior incluso a la que tenía en sus días como Rena Rouge; Alya estaba en un nivel de fuerza física y agilidad que simplemente no había experimentado antes.
Finalmente llegó hasta una de las columnas del edificio y se sostuvo de ella fácilmente con las garras de sus guantes, las que usó para bajar rápidamente hasta el suelo de forma segura. La caída fue ágil y con gracia, pero ya que aterrizó a mitad de la calle no puedo evitar llamar la atención de algunas personas que la miraron impactados.


Las miradas de asombro y apreciación ante la figura que había caído del cielo no se hicieron esperar, después de todo era imposible pasar desapercibida entre tanto civil atónito, en especial con ese tono tan rojo en la ropa. Alya, disfrutando de las miradas atónitas y a la vez un tanto avergonzada empezó a correr por las calles. No le tomó mucho tiempo captar la esencia de Daniel.

- Parece estar lejos. – Dijo la joven para sí misma al sentir como el aroma del muchacho se dispersaba velozmente en el aire. Asumió que eso se debía a que el chico se había alejado en autobús y empezó a seguir el rastro tan rápido como pudo. New York tenía autobuses rápidos, pero no tanto como ella.
La joven heroína agilizó el paso hasta saltar a un autobús cuyo recorrido era, al menos en ese tramo, el mismo a donde Daniel parecía dirigirse. Saltó al techo y se sentó sobre él, llamando la atención de los pasajeros y del chofer.

- ¡Oiga, señorita de rojo! ¡Bájese de ahí o se lastimara! – Oyó gritar al conductor. Alya volteó a ver al hombre que sacaba la cabeza para hablarle a la joven, pero ella sólo sonrió y le guiñó uno de sus ojos verdes.


- Tranquilo, estoy en una misión. ¡Sigue con tu recorrido sin problemas!


El hombre protestaba insistentemente para que la joven enmascarada se bajara del techo del autobús, lo que no le permitió percatarse que se había pasado la luz roja y estaba a punto de atropellar a dos niños.

Miraculous Chronicles - A Lion's TaleOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz